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ALFONSO TORICES
MADRID.
Miércoles, 17 de noviembre 2021, 01:01
El primer cambio de calado de la reforma educativa ya está en las aulas. El Consejo de Ministros aprobó ayer el real decreto de evaluación, promoción y titulación: las normas que regirán las notas, el paso de curso y la finalización de los estudios. Es la pauta a seguir en todos los colegios e institutos del país desde este mismo curso. El reglamento -que pone letra pequeña a lo dispuesto en la Lomloe- busca, según el Ministerio de Educación, reducir al máximo la repetición y el abandono escolar temprano, los dos grandes lastres del sistema formativo español. Estos son los cambios más importantes:
Obtener o no el título en ESO ya no dependerá del número de suspensos que se tengan al término del cuarto y último curso. El decreto ya no fija una cifra concreta de materias no superadas que impida graduarse. Es una decisión que se dejará en manos del equipo de profesores que dan clase al estudiante.
Hasta ahora un alumno solo podía graduarse en ESO si lo aprobaba todo o si suspendía un máximo de dos asignaturas, siempre que no fueran Matemáticas y Lengua al tiempo. Ahora no hay límites. Obtendrán el título de ESO los alumnos que terminen cuarto y hayan adquirido, a juicio del equipo docente, las competencias fijadas y alcanzado los objetivos de la etapa. Es una decisión colegiada de sus profesores.
El título de secundaria obligatoria será único y no contendrá calificación final alguna. También lo recibirán los estudiantes que superen todos los módulos del ciclo de FP Básica.
Habrá una segunda oportunidad para los alumnos que por su edad (18 o más) no puedan seguir cursando ESO y no hayan logrado el título. En los dos cursos siguientes podrán intentar conseguirlo haciendo pruebas o actividades personalizadas extraordinarias de las materias que no hayan superado. Todos los que hayan concluido ESO recibirán, en cualquier caso, una certificación oficial en la que constarán los años cursados y el nivel de adquisición de competencias conseguido.
El criterio tanto para lograr la titulación en ESO como para conseguir la promoción en cualquier curso es idéntico. El equipo docente, de forma colegiada, tiene la responsabilidad última sobre ambas decisiones. A la hora de pasar de curso no hay límite de suspensos. Promocionan todos los alumnos que tengan una o dos asignaturas suspensas -ahora son un máximo de tres-, pero también lo harán quienes sus docentes valoren que la naturaleza de las materias que pudieran no haber superado les permite seguir con éxito el curso siguiente, se estime que tienen expectativas favorables de recuperación y que dicha promoción beneficiará su evolución académica.
Como avanzó la Lomloe, la repetición tiene que ser algo «excepcional». Solo se permite una repetición en Primaria y un tope de dos hasta el final de ESO. En Primaria solo se podrá repetir en los cursos finales de los tres ciclos (2º, 4º y 6º). En los otros la promoción será automática.
Solo se autorizaría una tercera repetición extraordinaria en cuarto de ESO si los docentes creen que así se favorece que el alumno pueda adquirir las competencias para lograr el título.
Para evitar repeticiones, se tomarán medidas de refuerzo educativo en cuanto se detecte que un alumno tiene problemas en clase y, desde luego, con todos los que pasen de curso con suspensos. Además, si el estudiante debe repetir recibirá un plan de apoyo personalizado para que alcance las competencias que le faltan; se le incluirá desde 3º en un programa de adaptación curricular para facilitar que se titule.
El decreto acaba con las repescas en la ESO. Ya no habrá más exámenes de recuperación a final de curso de las asignaturas suspensas. Los que se realizaban en junio o en septiembre, según cada autonomía. Las asignaturas se aprueban o no en la evaluación final colegiada. El Consejo de Estado advirtió la semana pasada a la ministra que no era legal conceder a las autonomías, como era su intención, una moratoria solo para este curso, que facultaba a cada consejero de Educación decidir en su territorio si permitía o no por última vez las recuperaciones finales. Se lo habían pedido al menos Canarias, las dos Castillas, Madrid, Galicia y Andalucía, que pretendían hacer sus últimas repescas, cosa que ya no será posible tras el aviso del órgano asesor.
En Bachillerato sí se fijará un número concreto de suspensos para pasar. Serán los mismos que en la actualidad, un máximo de dos. La novedad es que si se tiene más de un suspenso al final del segundo curso el alumno puede realizar un tercer año solo para recuperar las materias no superadas sin tener que repetir el resto. En Bachillerato se mantienen las repescas de fin de curso para asignaturas suspensas.
El reglamento desarrolla una de las novedades de la Lomloe: la posibilidad, en casos excepcionales, de que un joven pueda titularse en Bachillerato pese a tener una asignatura suspendida.
La norma es aprobarlo todo, pero el equipo docente podrá autorizar el título con un suspenso. Lo haría siempre que considere que el alumno ha alcanzado los objetivos y competencias de la etapa y que, además, ha tenido una asistencia continuada, se ha presentado a todos los exámenes y recuperaciones, y su nota media es de 5 o más.
Para conseguir la titulación en grado medio, superior o en cursos de especialización de Formación Profesional será necesario lograr una evaluación positiva de todos los módulos que componen el ciclo. En resumen, el alumno deberá aprobarlo todo.
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