Juan Manuel Cueva Lovelle. MARIO ROJAS
Juan Manuel Cueva Lovelle | Catedrático y candidato al Rectorado de la Universidad de Oviedo

«Hay que demostrar que la Universidad es uno de los motores de Asturias»

«Nuestro plan estratégico tiene que estar más orientado a la industria y a guiar a un turismo cultural, de calidad y no de cantidad»

Octavio Villa

Gijón

Domingo, 7 de abril 2024, 02:00

Lo adelantó EL COMERCIO en la mañana del martes. Había un segundo candidato para las elecciones al rectorado, el catedrático de Informática Juan Manuel Cueva Lovelle encarna la oposición a Villaverde de un sector de la Universidad que define como mayoritario. Sin ... tapujos, acusa a Villaverde de haber adelantado las elecciones para perpetuarse y hasta de usar el consejo de gobierno del próximo día 10 (un día antes del inicio de campaña) para apoyar su candidatura.

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Su modelo de universidad pasa por una redefinición tanto de los presupuestos de la institución, para lo que asegura que «habrá que negociar con el Principado, porque hay problemas para contratar profesores, para mantenimiento y no hay plan de investigación», como de la propia función de la institución. En este sentido, Cueva Lovelle afirma que eso solo se logra «mostrando al Gobierno del Principado y a la sociedad asturiana que la Universidad es uno de los principales motores de Asturias, y que hay que invertir en ella con un plan estratégico centrado en garantizar el futuro de la región a largo plazo».

Esa redefinición del presupuesto y de la orientación de la Universidad la enfoca el candidato Cueva Lovelle a que «nuestro plan estratégico esté más orientado a la industria, lo que no ocurre ahora», por una parte, y también que la Universidad, con sus recursos, pueda ser uno de los principales guías de un sector económico, el del turismo, para el que propugna que debe ser «de calidad y no de cantidad. Cultural, aprovechando los recursos que tiene la Universidad en un campus de Humanidades con 400 años de tradición».

Pero si habla de tradición y de cultura, también lo hace de innovación y adaptación a los requerimientos del mercado global del siglo XXI. Asegura que más allá de localismos «en los que nunca voy a entrar», la Universidad debe adentrarse ya en las aplicaciones de la Inteligencia Artificial a ámbitos evidentes, como «la gran Facultad de Medicina y las de ciencias de salud que tenemos» o al resto de departamentos en los que la parte tecnológica pesa más, pero también a estudios como los de «Economía y Derecho», por no mencionarlos a todos, puesto que «la IA no es la varita mágica, pero será fundamental para incrementar la productividad y mejorar todos los sectores. No será milagrosa, pero sí que va a ser una herramienta contra el trabajo rutinario».

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