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Javier Ledo Ovide aceptó ayer una condena de nueve meses de prisión por quebrantar la orden de alejamiento de su excompañera sentimental, con quien tiene un hijo de corta edad. Todavía le queda un juicio pendiente por otra infracción sobre la misma orden ... de protección y que tuvo lugar en enero, apenas unas semanas antes de que, presuntamente, perpetrase el crimen de Paz Fernández Borrego.
El procesado, de 42 años y en prisión preventiva acusado de la muerte violenta de la gijonesa, llegó a un acuerdo con la representante del ministerio fiscal por el cual confesó su autoría respecto al quebrantamiento y consiguió una reducción de tres meses sobre la solicitud de condena inicial. «Sí, estoy conforme», fueron las únicas palabras que pronunció en la sala del juzgado de lo Penal 1 de Gijón, donde se celebró el juicio y a donde llegó con barba de varios días y con la misma ropa que lucía durante las tres jornadas que permaneció detenido en el cuartel de la Guardia Civil de Navia hace diez días.
Durante los apenas cinco minutos que estuvo ante el juez Lino Rubio Mayo se mostró serio y apenas gesticuló. Solo pronunció palabra cuando el magistrado le preguntó si estaba de acuerdo con la sentencia de conformidad. Acatado el fallo judicial, fue rápidamente trasladado de nuevo a los calabozos del Palacio de Justicia y, de ahí, a la cárcel. Regresará a los juzgados gijoneses dentro de unas semanas para asistir a un nuevo juicio por el que se enfrenta a otra condena de cárcel por quebrantar la misma orden de alejamiento de la madre de su hijo.
Los hechos por los que ayer fue condenado tuvieron lugar la pasada Navidad. Según explicaba la acusación pública en su escrito de calificación, pese a la orden judicial que le prohíbe expresamente acercarse y comunicarse con su excompañera sentimental durante un periodo de dos años, le envió varios mensajes a su teléfono móvil y llegó a personarse en su portal para intentar verla. La víctima interpuso una denuncia, como hizo posteriormente por otro episodio similar.
No es la primera sentencia de malos tratos que recae sobre Javier Ledo Ovide. Según explicaron ayer fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), en 2007 fue condenado por el juzgado de lo Penal número 3 de Gijón a seis meses de cárcel por un delito de lesiones en el ámbito familiar y a una orden de alejamiento de la víctima, la que por entonces era su esposa, otra mujer distinta a la madre de su hijo. Sustituyó la pena por trabajos en beneficio a la comunidad y tan solo catorce días después de que le fuese notificada la sentencia, quebrantó la orden de protección y, igual que ayer, llegó a un acuerdo con la Fiscalía para cumplir cuatro meses de cárcel. Además, le constan varios delitos de alcoholemia y la retirada del carné de conducir.
A esa retahíla de antecedentes se suma ahora la acusación más grave que pesa contra él, la del crimen de Paz Fernández Borrego, cuyo cadáver fue hallado en el embalse de Arbón, en Villayón, tres semanas después de que desapareciese en Navia. La jueza lo mantiene en prisión preventiva por el delito de homicidio, a expensas de que avance la instrucción y pueda ser tipificado como asesinato.
Alejandro Loché, abogado asignado por el turno de oficio para defenderle en el procedimiento del quebrantamiento de la condena, explicó que visitó el pasado viernes a Javier Ledo en el centro penitenciario de Asturias y que lo encontró «muy preocupado por el caso que le mantiene en prisión». El acusado del crimen de Navia está asistido por otro letrado por estos últimos hechos que también le fue asignado por el Colegio de Abogados.
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