Jacobo Blanco y Juan Neira departen momentos antes de dar inicio a la entrevista de anoche en La Lupa. juan carlos tuero

«A la oposición en Asturias le falta discurso inteligible, empatía y ganas de ganar»

Jacobo Blanco, Decano del Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología del Principado ·

«Los momentos de desgaste del PSOE en Madrid son en los que la derecha puede ganar en Asturias, como pasó en 1995 y en 2011»

Octavio Villa

Gijón

Sábado, 25 de junio 2022

A los resultados de las recientes elecciones autonómicas en Andalucía todos los partidos políticos han estado mirando, cuando menos, de reojo, si no directa y atentísimamente. En la entrevista semanal de La Lupa, emitida anoche en la web de EL COMERCIO, el decano presidente del ... Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología del Principado de Asturias, Jacobo Blanco, aportó una serie de claves sobre en qué medida lo ocurrido en la comunidad autonómica más poblada de España podría tener o no una trasposición a la cuarta menos poblada, Asturias. Preguntado por Juan Neira, el presentador de La Lupa, sobre si la victoria por mayoría absoluta del candidato popular andaluz, Juanma Moreno Bonilla, podría dar «alguna pista sobre lo que podría pasar en Asturias» en las elecciones autonómicas», Blanco anotó que «Asturias es un territorio político peculiar», en el que el centro derecha «ya tuvo su oportunidad de hacer lo de Andalucía en 1995 y en 2011», pero sin solución de continuidad recordó que «las dos veces fracasaron. Con Sergio Marqués no hubo gobierno y sí división, con lo que pasó que llevó a la división entre URAS y PP, y aquello murió así. Y con Álvarez-Cascos, en 2011, apenas retuvo el Gobierno diez u once meses. Ese momento de aprovechar el cambio estructural lo tuvimos y no lo aprovechamos», anotó Blanco, que insistió en que en «los momentos de desgaste del PSOE en Madrid son en los que la derecha puede ganar en Asturias, como pasó en 1995 y en 2011».

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Respecto a la situación actual, Blanco considera que «estamos en un escenario que, sin ser tan crítico como entonces, se puede complicar mucho en los próximos meses y puede afectar al Gobierno asturiano. En ese sentido, quiso puntualizar, con un claro enfoque politológico, que en Asturias «la diferencia entre la izquierda y la derecha son 55.000 votos. Basta que haya 20.000 que cambien, o que los nuevos votantes que se incorporen voten en otro sentido, y que haya 25.000 abstencionistas en la izquierda para que se diese una situación como la que acabamos de ver en Andalucía».

El peso del candidato

«Al PP le falta una candidatura con carisma»

Siguiendo con la trasposición a Asturias de lo ocurrido en Andalucía, Blanco indicó que en el Principado «nos falta una oposición con un discurso inteligible y atractivo para toda Asturias», y centrándose ya completamente en el Partido Popular subrayó que «falta una candidatura con carisma y empatía con la gente y ganas de ganar las elecciones».

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En contraste, Jacobo Blanco había definido previamente al actual presidente en funciones de Andalucía y vencedor por mayoría absoluta, Juanma Moreno Bonilla, como un político que -importante en su territorio- «no da la imagen de señorito tradicional que sí daba Arenas», y también como una persona que sabe «aunar voluntades, incluso de votantes de la izquierda moderada, y que conecta con el españolismo andalucista o el andalucismo españolista», a la par que «parece un señor bonachón, con cara de buena persona. Mientras que en Mañueco (por el presidente castellano-leonés, por el que Juan Neira le había preguntado) no se percibe esa bonhomía. Y ojo, que son percepciones», precisó Jacobo Blanco, queriendo dejar claro que dichas imágenes son relevantes en tanto en cuanto son interiorizadas así por el electorado, sin que ello suponga un juicio de valor sobre la auténtica personalidad y actuación ética de Moreno o de Mañueco.

En todo caso, sí que apuntó el sociólogo varios indicios de que a nivel nacional lo de Andalucía puede ser un inicio de una ola de buenos resultados para el centro derecha reformista, como su nuevo presidente nacional, Alberto Núñez Feijóo, define al PP: «La cara de Adriana Lastra y de Pedro Sánchez el lunes siguiente lo decía todo. Perder votos en Andalucía, con nueve millones de habitantes, pone muy difícil la remontada, aunque aún puede haber sorpresas, porque en política un año y medio es muchísimo tiempo».

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Los indicios positivos para el PP, más allá del propio resultado electoral en Andalucía, los resumió Blanco en que el cambio de Feijóo por Casado es el de una persona más afirmada en política y con más experiencia», mientras que a su derecha «Vox parece limitado por su discurso histriónico», un apelativo que repitió varias veces en referencia al partido de extrema derecha.

Y a la izquierda, el sociólogo asturiano observa «un Gobierno gastado al que, haga lo que haga, no se le percibe que sus medidas sean efectivas, porque los precios suben y se ve un cierto caoes en la gobernación, con errores como el de Argelia, contribuyendo a una sensación de falta de control». Por lo que respecta al socio de coalición, Blanco anotó que «Podemos no parece insertarse bien en lo institucional, y se hacen cosas como el ingreso mínimo vital, con una solicitud tan compleja que en barrios no agraciados se pueden ver negocios de oficinas en los que se ofrecen servicios para gestionar ese ingreso, lo que demuestra una cierta falta de conexión con su propio electorado».

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Y, por encima de todo ello, el hecho de que «en tiempos de dificultad, la gente tiende a la moderación y hay cierta hambre de acuerdos o pactos que iluminen un futuro que ahora se percibe como muy negro».

Por ello, y por lo ocurrido en Andalucía, avisó al PSOE de que debe «repensar su discurso, ya que no encaja con la estructura social actual de Andalucía, donde hay un cambio estructural potente, con provincias muy dinámicas, como Málaga, Granada o Almería, en las que el PSOE tiene pocas opciones de volver al poder en los próximos años», porque añadió que «los que votaron al PP son los nietos de los jornaleros que votaban al PSOE, que ahora son funcionarios, profesores o trabajadores en empresas de alta tecnología, generando un escenario distinto que la izquierda no ha sabido leer y que el PP sí».

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La crisis demográfica

«La gente no tiene hijos porque no ve futuro»

Respecto a la grave situación demográfica de Asturias, Blanco alertó de que la pérdida de población «se acelerará en el futuro», con un efecto negativo en cadena «de aquí a veinte años» por el «freno a la actividad y al consumo».

Perder el nivel del millón de habitantes «no es importante en sí mismo, sino por lo que representa como elemento de confianza o de ilusión en el futuro. La gente no tiene hijos porque no ve que pueda mantenerlos ni que puedan tener un futuro aquí. En Asturias hace diez años ya perdían población las villas, pero ahora ya lo hacen las ciudades».

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