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Las declaraciones de la presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios, María Calvo, instando a PSOE y PP a alcanzar «grandes pactos» y a «no depender de los extremos» han generado todo tipo de reacciones entre los partidos políticos. Aludidos e indignados se mostraron ... en IU. La coalición pidió a la patronal asturiana «tranquilidad» pero, sobre todo, «respeto» y «no injerencia en las negociaciones para el futuro Gobierno de Asturias» que, recuerda el secretario de Organización, Maximino García, «es el resultado de un proceso electoral democrático en el que ni Fade ni la Cámara de Comercio de Oviedo han concurrido». «Todo el mundo puede tener su opinión, pero para entrar en negociaciones políticas entre partidos cuyos representantes han sido elegidos por la totalidad de la ciudadanía asturiana, que así lo ha querido, lo primero que tendrían que haber hecho la Fade y la Cámara de Comercio de Oviedo es haberse presentado a las elecciones«, apostilló.
El dirigente de IU ironiza con el «nerviosismo» que, en su opinión, se desprende de las declaraciones de María Calvo. «Es infundado salvo que, como llevamos denunciando a lo largo de los pasados cuatro años, su influencia en la toma de decisiones del gobierno asturiano, al margen del escrutinio democrático que solo queda legitimado en las urnas, se pretenda mantener en la defensa de intereses particulares y no generales.«
Frente a los pactos que reclama la patronal entre socialistas y populares, Maximino García defiende una negociación sin interferencias externas y que respondan a la voluntad de la mayoría social. «La ciudadanía asturiana no ha planteado acuerdos entre el PSOE y el PP, justamente lo contrario: en estas elecciones más que en otras se han definido claramente dos bloques con políticas económicas, industriales, sociales, y de gestión pública, antagónicas», señala.
En cualquier caso, García incide en el mensaje trasladado en las últimas semanas tanto por parte del coordinador general, Ovidio Zapico, como por parte del secretario de Política de Alianzas, Alejandro Suárez. Izquierda Unida, que concurrió a las elecciones bajo la marca de Convocatoria por Asturias, junto a Más País e Izquierda Asturiana, no va a estar «de oyente» en ningún gobierno y el objetivo «es influir, como así exige la ciudadanía que ha votado nuestra propuesta, en nuevas políticas que continúen con las que ya empezaron a aplicarse en el gobierno de coalición entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz«.
Maximino García ha pedido calma, no sin ironía, a la patronal: «a Fade y a Cámara de Comercio de Oviedo les decimos que pierdan el miedo, que estén tranquilas, y que si quieren participar en esas negociaciones entre partidos, que se presenten con marca propia y no con marcas blancas».
IU-Convocatoria por Asturias mantiene pues su hoja de ruta para mantener la negociación política ajena a presiones externas y romper con una dinámica perversa de interferencias particulares en asuntos que afectan al interés general. En este sentido, Maximino García ha concluido que el Partido Socialista tendrá que elegir ahora qué tipo de gobierno quiere: «la derecha económica con la que ha estado gobernando en coalición durante la pasada legislatura están defendiendo sus posiciones privilegiadas y quieren que la izquierda tenga espacios vetados. Por tanto el PSOE debe de optar entre un modelo y otro».
También para Podemos «resulta entendible la preocupación de Fade» porque, apostilla el coordinador autonómico, Rafael Palacios, «después de haber gobernado durante cuatro años en coalición con el señor Cofiño, ahora se quedan fuera y existe la posibilidad de que tengamos en Asturias un gobierno progresista». Palacios se refiere a la influencia que, según viene denunciando la izquierda asturiana, los empresarios tuvieron durante la pasada legislatura sobre el Gobierno socialista a través del grupo parlamentario de Ciudadanos, que se quedó ahora fuera de la Junta. «Lógicamente para Fade Podemos es un peligro porque hemos defendido y defiende los derechos de la clase trabajadora y las clases populares con avances que son importantísimos, como la mejora de las pensiones, la subida del SMI, la ley de Vivienda.... Avances que no les gustan a Fade».
Desde el otro extremo de la Cámara, la diputada electa de Vox, Carolina López, no se siente aludida. Se entiende que por que, al contrario que IU, no tiene opciones de entrar en el Gobierno. Además, defiende que «lo que pide la Fade es lo que siempre ha pedido VOX: menos burocracia y menos presión fiscal para reactivar la economía asturiana y ayudar a las pymes, autónomos, empresas e industria para generar empleo y prosperidad». En su opinión, «la preocupación de Fade por la extrema izquierda es entendible, pero no olvidemos que el gobierno socialista hace las mismas políticas que la extrema izquierda asturiana: destrucción de nuestra economía y una población más empobrecida y eso nos preocupa a todos. Pedir estabilidad y claridad a la izquierda es pedir peras al olmo». De ahí que Vox se comprometa a «vigilar las maniobras del gobierno y, como siempre hemos hecho, tendemos la mano a Fade para defender los intereses del sector que también son los de Vox».
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En relación a la petición de la patronal a PSOE y PP para que alcancen «grandes acuerdos», los populares recuerdan que, tras conocerse los resultados electorales, su candidato, Diego Canga, ya tendió la mano al PSOE «para llegar a grandes pactos en los asuntos que de verdad interesan y preocupan a los asturianos». En concreto, recuerda el secretario general del PP, Álvaro Queipo, «planteamos la posibilidad de acuerdos para afrontar el reto demográfico, el problema del paro, y en especial del desempleo juvenil, y las medidas necesarias para mejorar la atención a nuestros mayores». Son tres asuntos «vitales» para el futuro de Asturias, en opinión de los populares, «pero estamos abiertos a explorar más consensos entre los dos partidos que suman 36 de los 45 escaños de la Junta General». Sin embargo, se queja el también diputado, «la primera respuesta de Adrián Barbón nos ha preocupado, porque ha reaccionado descalificando la propuesta del PP, con una soberbia que ya no se corresponde con los resultados del 28-M, donde la distancia entre PSOE y PP se ha reducido de diez a dos escaños y la de bloques a un solo diputado». Desde el PP confían en que «Barbón vaya asimilando el nuevo escenario político asturiano, rectifique, gobierne para todos los asturianos y no se entregue a la extrema izquierda radical, porque ése no ha sido el mensaje lanzado por los asturianos en las urnas».
Por su parte, el secretario general de Foro, Adrián Pumares, recuerda que su partido se presentó a las elecciones precisamente con el compromiso de ser «una fuerza moderadora y evitar que la gobernabilidad de Asturias recaiga sobre los extremos». Y, además, recuerda, «hemos demostrado nuestra voluntad de alcanzar acuerdos y consensos durante toda la legislatura pasada».
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