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Jueves, 16 de diciembre 2021, 12:33
Diferenciar estas dos enfermedades que frecuentemente tienen síntomas similares: con sensación de hinchazón o dolor de estómago, mala digestión, a veces diarrea, migraña, etc. constituye un gran problema de salud pública.
La base fisiopatológica de ambas difiere radicalmente: la alergia tiene carácter inmune sistémica en la que interviene una proteína fabricada por nuestro cuerpo, la inmunoglobulina de tipo E y la intolerancia se limita al tubo digestivo en el que un déficit generalmente de tipo enzimático dificulta la digestión de los alimentos. En la alergia una pequeña cantidad del alimento responsable nos puede dar síntomas en poco tiempo en cambio en las intolerancias generalmente se requiere mayor cantidad de ingesta y los síntomas pueden durar días.
Siendo mucho más frecuentes los casos de intolerancia, los de alergia pueden ser más graves, en algún caso comprometiendo la vida del paciente por un shock anafiláctico.
Si la historia clínica es importante en el estudio de cualquier cuadro clínico, en el caso de las intolerancias y alergias es vital, debemos buscar el alimento sospechoso entre cientos de ellos y se hace necesario registrar con meticulosidad qué alimentos pueden causarnos daño.
Lo ideal sería apuntar durante 1 mes qué ingerimos y cuando nos sentimos mal o con molestias, puede ser tedioso pero la información que obtenemos nos puede ayudar a conocer el alimento culpable y así poder empezar un tratamiento eliminando o disminuyendo la ingesta del mismo.
A pesar de todo muchas veces no se llega a un diagnóstico claro, planteándose una dieta de exclusión del alimento sospechoso como herramienta principal en el diagnóstico
¿Y el laboratorio qué función cumple?
Facilitar una ayuda diagnóstica siempre teniendo en cuenta que nunca un resultado normal o patológico será válido sin una sospecha clínica que lo avale.
Así como en el campo de la alergia existen pruebas de laboratorio básicas: la cuantificación de una IgE específica a un alimento puede confirmarnos quien es el causante de los síntomas, en las intolerancias existen menos medios salvo los test diagnósticos de la enfermedad celíaca relacionada con la intolerancia al gluten y los tests de aliento a la lactosa (leche) y/o fructosa (frutas) pueden ser útiles tras una historia clínica que apunte hacia ellos como responsables del cuadro clínico.
En los últimos años se anuncian test de intolerancia a 200 o más alimentos, incluso como reclamo publicitario, en internet encontraremos cientos. Sin embargo hay muy pocos estudios que avalen la utilidad de los mismos si el objetivo es saber el causante de nuestros síntomas digestivos. Son caros, no existe Sociedad Científica que los recomiende ni están financiados por la Sanidad Pública o seguros privados. Sería conveniente que la gente pidiera información más exhaustiva cuando se solicitan , qué se busca con ellos cuando lo único que indican es que has estado en contacto con un alimento determinado pero no explica científicamente por qué el mismo te hace daño.
CONCLUSIÓN
Es fundamental hacer una historia clinica detallada por su médico de referencia, se debe descartar enfermedades tipo inflamatoria intestinal, colon irritable, presencia de Helicobacter pylori, sangrado intestinal,etc.
Registro de alimentos que ingiere y síntomas durante un tiempo determinado
Test avalados científicamente: IgE específica, test de aliento a alimentos concretos y cuantificación de anticuerpos frente al gluten de los cereales.
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