El instructor del 'caso Otín' propone dos meses sin empleo y sueldo para Novelli

Dicha medida es, por ahora, una propuesta. Se abre ahora un periodo de ocho días para que el profesor pueda alegar. Tanto a él como a Pedro Sánchez Lazo, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular (compañero de departamento, por tanto, de Otín) se les abrió en octubre de 2021 un expediente informativo por supuesto acoso personal y profesional contra el científico. En abril quedó archivado al no detectar indicio alguno de que los dos profesores participaran en la infección de los 6.000 ratones del bioterio ni en la campaña de ciberacoso contra él, que llevó a Otín a sufrir una grave depresión.

Sin embargo, entendía el instructor que «había hechos que no estaban manifiestamente claros y prescritos» y abrió expediente (esta vez disciplinario) a los dos profesores. En el caso de Lazo, por una supuesta coacción a una testigo de la investigación y que ha quedado resuelto con la imposición de una «sanción básica de apercibimiento» al considerar que su acción se trataba de una falta leve al no mediar en aquella conversación del 25 de octubre de 2021 «ni amenazas con consecuencias, ni insultos, ni violencia física». No obstante, sí estima que el contexto en el que se desarrolló de «objetivamente intimidante», algo que Lazo no comparte y precisamente alegó. Pero el resultado sobre esa sanción básica no varió.

En el caso de Antonello Novelli, el instructor quiso profundizar sobre un hecho: el contenido del correo que envió a dicho grupo de 33 personas denominado 'Gran Historia'. Según aquel primer expediente, «Novelli ha reconocido su autoría y en él realiza afirmaciones como «el profesor ha sido investigado por fraude científico en muchas de sus publicaciones y, como resultado, le fueron retiradas al menos nueve por parte de las revistas científicas por falsificación de datos»; «no dudó en lanzar acusaciones muy graves sobre sus compañeros de trabajo, intentando desviar la atención de su delito sobre otros»; «(...) las revistas científicas, máxime si son de alto impacto, no retiran alegramente artículos, sino que lo hacen como último recurso cuando la falsificación de datos es tan grave, que el daño sobre la reputación de la revista sería inaceptable». El expediente recoge que, por errores en las imágenes, de dos revistas se habían retirado artículos, pero no restaba vigencia a sus conclusiones.

Por su parte, Lazo ha recibido la resolución ya firmada por el rector, que hace suya la del instructor imponiéndole una sanción mínima de apercibimiento. Le ha llegado a pocos días de jubilarse, pues a finales de mes finalizará su contrato de profesor emérito. «Este segundo expediente estaba de más y ha confirmado que no había nada. Lo importante era el primero, porque la denuncia era muy grave y se archivó. Toda esta tormenta ha quedado en granos de arena», dice Lazo, que no parece que piense presentar recurso de alzada contra el Rectorado o acudir a un tribunal ordinario. Sí lo hará firmemente «si alguien utiliza (la sanción) de forma torticera en mi contra». Considerando la resolución «favorable», confiesa «sentir un cierto resquemor por cerrar mi historia académica con un apercibimiento».