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Solo el aporte de la inmigración extranjera ha evitado que Asturias bajase del millón de habitantes en algún momento de 2016, hace ya seis años. Sin ellos, y pese a que en esos años también estaban marchándose en buena medida de Asturias, la región ... habría iniciado 2017 con 996.076 habitantes y en solo un lustro se habría quedado en 40.000 personas menos, 966.347.
Pero es que su peso demográfico va más allá del mero número. Los extranjeros son hoy en Asturias el 4,5% del total de la población, pero su importancia se multiplica cuando se analizan los grupos de edad entre los 19 y los 39 años en los que se concentra la clave de la natalidad y de la futura productividad económica, en los que superan con claridad el 10% del total de la población. Así, en el tramo entre los 20 y los 24 años hay 3.531 extranjeros y 35.145 españoles en Asturias. En 1998 apenas había 463 extranjeros y los españoles eran casi el triple que ahora, 85.551.
Como ya anotó este diario, la población asturiana de los 19 a los 39 años está integrada hoy por casi 140.000 personas menos que en 1998, mientras que por encima de la edad de la jubilación hay hoy 47.300 asturianos más que hace un cuarto de siglo. Y eso que los inmigrantes contribuyen fundamentalmente a elevar la población en el tramo de edad de los 19a los 39.
De los 25 a los 29 años la proporción es aún más marcada para los extranjeros. Son 4.414, mientras que los españoles que viven en Asturias apenas son 35.478.
Los dos grupos en los que hay más inmigrantes son los de 30 a 34 años (5.284, por 41.623 españoles) y de los 35 a los 39 años (5.630, por 56.128 españoles).
A partir de ahí se produce un marcado descenso de extranjeros que se agudiza a partir de la edad de jubilación. Son muy pocos los inmigrantes que disfrutan del retiro en Asturias. Por encima de los 65 años hay 266.358 vecinos de Asturias de nacionalidad española, mientras que los extranjeros apenas son 2.481.
Teniendo en cuenta que en buena medida los inmigrantes vienen a Asturias sin descendencia o con solo un hijo, la pirámide demográfica parcial de su grupo es marcadamente saludable, y comienza a tener una base sólida, con 7.915 menores de edad para un total de 45.445 personas (datos oficiales del 1 de enero de 2021. Los de 2022 son provisionales, y apuntan a un nuevo estancamiento en la inmigración, puesto que solo han aumentado en 21 personas en los últimos 12 meses).
Con todo, Asturias no tiene la proporción de vecinos de origen extranjero que tiene la media del país. De hecho, es una de las regiones con menos inmigrantes, debido, fundamentalmente, a la falta de estímulos de actividad económica. Explica el presidente del Colegio de Economistas de Asturias, Abel Fernández, que resulta «especialmente difícil que los jóvenes asturianos muy bien formados que se van de la región porque no encuentran trabajo aquí y luego, lo que es peor, no vuelven con más años y más experiencia profesional porque aquí no encuentran empleos y condiciones laborales que les satisfagan».
El fenómeno tiene una traslación directa en las nacionalidades recibe Asturias. Así, por ejemplo, destacan los casos de Alemania y de Senegal. Un total de 115.099 alemanes viven en España, pero solo 473 de ellos lo hacen en Asturias. En cambio, de los 82.963 senegaleses que viven en el país 1.490 lo hacen en el Principado. ¿A qué se dedica en Asturias el contingente senegalés? Fundamentalmente, a labores vinculadas a la ganadería y la agricultura, con empleos no especialmente cualificados y para los que los emprendedores agroganaderos asturianos no encuentran mano de obra nacional.
Otro ejemplo llamativo es el de Cuba y China. De la isla caribeña proceden 1.477 de los inmigrantes de Asturias, casi exactamente los mismos que los 1.475 chinos que viven en el Principado. Pero en el total del país hay una desproporción enorme entre ambas comunidades, pues en España hay 223.591 chinos, mayormente dedicados a actividades comerciales, mientras que los cubanos son apenas 63.310.
Aunque la generalización no hace justicia a todos los inmigrantes, sus flujos obedecen casi en exclusiva a causas económicas. Así, tras consolidarse el impacto de la crisis inmobiliaria de 2008 el número total de extranjeros se redujo de forma continuada en España desde 2011 a 2017 y en Asturias desde 2012, para repuntar en ambos casos desde 2018, mucho más marcadamente en la media del país que en Asturias y estancarse con la pandemia. España mantiene población; Asturias, pese a la inmigración, se desploma.
Y lo hace, en exclusiva ahora, por la vía de la pérdida de población nacional. Los datos provisionales a 1 de enero de 2022 marcan un nuevo récord negativo en Asturias en el siglo XXI, con solo 1.004.499 habitantes, al perder 7.293 vecinos en el último año, pese a que los inmigrantes, ellos al menos sí, siguen creciendo,
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