Incendios en Asturias

Un signo de esperanza en el monte quemado

«Si Vicente aguantó la segunda embestida del fuego, nosotros también lo haremos. Y lo que hoy se tiñe de negro, volverá a ser verde de nuevo para resistir con más fuerza que nunca todas las batallas que la vida nos depare». Son las palabras de Lidia Fernández tras contemplar, asombrada, la cruz que honra la memoria de Vicente Fernández García. Una cruz que recuerda el lugar donde falleció, el 6 de abril de 1949, atrapado en un incendio en los montes de Lago. Tenía 17 años.

Ahora, 73 años después, las llamas han devorado otra vez los montes de Lago. No ha habido que lamentar daños personales, aunque los económicos serán elevados. Y dentro de toda esa desolación, de esos montes de la aldea de Lago, en la parroquia de Trevías, solo ha quedado en pie un elemento: la cruz que guarda el recuerdo de Vicente. Y las flores de plástico que allí hay colocadas. «El fuego que le quitó la vida a Vicente en 1949 ha respetado su lugar de descanso», apunta Lidia Fernández, vecina de San Feliz y diputada socialista. Ella, como los demás vecinos de la zona, se han quedado impactados con esa imagen. Con una cruz que se yergue, con sus flores y el jarrón, sobre un terreno completamente devastado. Arrasado.

Para los vecinos, explica Lidia, «este siempre ha sido un lugar de culto y respeto», de recuerdo a la memoria de aquel chaval atrapado por las llamas que no pudo salvar su vida. Ahora, se aferran a esta imagen como símbolo de resistencia, de superación para salir adelante.

Nadie entiende cómo, con las altas temperaturas que alcanzaron las llamas, no se derritieron las flores.

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