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Carlos Bernal
Tineo
Domingo, 2 de abril 2023, 04:24
Sin dormir, con ropa de paisano y los medios a su disposición, más de una treintena de ganaderos de la zona de Navelgas, en Tineo, han decidido unirse a las labores de extinción contra los incendios que asolan este valle, lugar de nacimiento de ... la mayoría y lugar de residencia de todos ellos y de los suyos.
«Lo principal es salvar las casas», dice Rubén Fernández, vecino de Fuentes, sin perder de vista el tubo por donde traspasa el agua del río Navelgas hasta la cuba enganchada a su tractor. «Yo llevo 24 horas sin dormir, pero algunos llevan ayudando sin parar desde hace dos días», asegura alzando la vista y mostrando unos ojos rojos y rodeados de ojeras, indicios de la falta de sueño.
La incorporación de los ganaderos de Navelgas a las labores de extinción comenzaron el martes, cuando el fuego de Lavadoira, localidad limítrofe entre Tineo y Allande, fue avivado por unas fuertes rachas de viento hasta el punto de que desbordó a los efectivos de los parques de bomberos del occidente y de la Brigada de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) de Tineo allí desplazados. Mientras esperaban refuerzos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), los bomberos requirieron de la ayuda de los ganaderos de la zona.
«Nos conocemos todos, sabíamos antes que los bomberos donde estaban los focos más cercanos a los pueblos, y conocemos los caminos para acceder a ellos -explica Fernández- la coordinación con la BRIF ha sido impecable, nosotros les decíamos por dónde ir y ellos cómo apagarlos».
De esas primeras horas de incertidumbre ya han pasado seis días. Tiempo en el que los ganaderos se han situado a escasos metros del puesto de mando avanzado de Bomberos de Asturias, BRIF, UME y Guardia Civil, bajo el puente de Navelgas.
Desde allí coordinan sus principales operaciones: cargar agua del río en las cubas y evitar que el fuego entre en los núcleos de población ni que cruce las carreteras. «Las cubas con cañón las utilizamos para atacar el fuego, y las cubas sin cañón para mojar las carreteras y evitar que cruce», explica Noel Fernández, que acaba de llegar de vaciar una cuba en Naraval y ha vuelto para cargar una mas. «He perdido la cuenta de cuantas llevo», dice bajándose del tractor y saludando a su compañero, Rubén.
Ahora, con los incendios ya en situación de control, queda hacer recuento de pérdidas. Afortunadamente, entre ellas no habrá ninguna vida.
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