![Varios vecinos de Valdés, que pasaron la noche en el polideportivo de Luarca, miran las llamas, que llegaron a las proximidades de la villa.](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/2023/04/01/82296770--1200x840.jpg)
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Ángela Rodríguez
Sábado, 1 de abril 2023, 04:04
De existir el infierno, pasar la noche en vela tras la puerta de tu casa, rodeado de fuego y humo, debe parecérsele bastante. Con la respiración entrecortada «por los nervios» y la humareda, con la incertidumbre de no saber cuánto y cómo avanzan las llamas y «la sensación de agobio» ante el cierre de carreteras, más de medio centenar de vecinos pasaron la noche en el polideportivo Pedro Llera Losada, de Luarca. Entre ellos, Belén De la Balsa, vecina de Ranón de Canero, de 40 años, que llegó al albergue improvisado después de que los agentes evacuaran su pueblo.
«Se pasa mucho miedo. Tienes que irte de tu casa, casi con lo puesto y es muy duro. No puedes hacer nada, da mucha impotencia, solo ver como todo se consume. Aunque aquí, en el polideportivo, no nos pudieron atender mejor, la verdad», asegura De la Balsa, envuelta en una manta que le ofrecieron los voluntarios de Cruz Roja a su llegada.
La suya, el entorno de Canero, es una de las zonas mas afectadas por el fuego. En Llendecastiello se calcinó una vivienda deshabitada, también en Balsera y de Casiellas llegó una de las vecinas mas lonvegas, Herminia Menéndez, «que ya estaban en la cama» cuando llegaron los servicios de emergencias.
«Salimos del pueblo entre llamas, corriendo. Sólo quedaron tres vecinos que creo que lograron salvarnos lo poco que tenemos allí. A ver si con eso podemos tirar con algo para adelante», apuntaba Luis Rubia, vecino de Lago. El joven, de 33 años, es uno de los muchos ganaderos que tuvo que abandonar a su suerte a los animales que con tanto mimo cría. Como otros compañeros en Pescareo y el entorno de Leiriella.
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Los ganaderos, junto a sus familias, se armaron de valor y trataron de frenar el avance de las llamas. «Nos juntamos alrededor de una treintena, de Cadavedo, Muñás, Godón y Piedrafita. Ahora estamos actuando por la zona de Telares y Barceda, en torno a la AS-36, para evitar que el fuego pase al oeste. No pudieron llegar aún los bomberos, así que intentamos cargar el agua del río, o de pozos privados, porque tampoco hay tomas en todos los pueblos», apuntaba Jesús Fernández, ganadero de Piedrafita.
«Indefenso», aseguraba sentirse el empresario Emilio Rodríguez, -Excavaciones y Transportes Emilio, S.L-, que vivió uno de sus peores momentos en Villagermonde. «Subimos a ver la casa familiar y de pronto el fuego ya estaba casi encima. El pueblo entero estaba en riesgo, porque las casas están muy juntas. Hay, además muchas gente mayor. y el humo no nos dejaba ver. Afortunadamente llegaron dos helicópteros y ya podemos bajar», señalaba, con alivio, Rodríguez.
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El Comercio
Si bien los efectivos de emergencias no pararon de trabajar un solo segundo, los múltiples focos, las fuertes rachas de viento y la dispersión de las aldeas de Valdés -el cuarto concejo más extenso de Asturias- dificultaron en gran medida las labores de extición. Unas tareas a las que todos los valdesanos, a su manera, contribuyeron. «Siento un profundo orgullo y respeto por los vecinos de los pueblos y los ganaderos que, con todos los medios a su alcance están guerreando contra el fuego para defender el territorio. Nos levantaremos de esta tragedia, cueste lo que cueste, aunque aún quedan días de sufrimiento», apuntó el alcalde, Óscar Pérez, al pie de los bomberos y voluntarios.
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Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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