«¡Auxilio, auxilio, que me muero quemada!»

Siguió cuidando de su hija. Es una «gran dependiente» y, de repente, oyó un grito desgarrador: «¡Auxilio, auxilio, que me muero quemada!». Cienfuegos llamó a la residencia para ver qué estaba ocurriendo y nadie le cogió. Despertó a su madre para que cuidara de su hija durante su ausencia y se dirigió al centro. Allí ya estaban los sanitarios que conocía. Les preguntó si necesitaban ayuda y empezó a atender a los heridos.

Se hizo cargo de los casos más leves. «Les pusimos oxígeno y los vigilamos. Esto estaba plagado de ambulancias» que desplazaron a los heridos hasta los hospitales de Oviedo, Gijón, Langreo y Mieres en diferentes vehículos de emergencias.

Durante parte de la noche y de la mañana, el personal de la residencia avisó a los familiares del centenar de usuarios de la situación y fueron llegando a cuentagotas: «Mi tía está ingresada en otra zona y no sabe lo que pasó. Quitando la parte quemada, el resto está todo perfecto y agradecemos la atención a los trabajadores», explicaron Miguel Terán y Dolores Huera que tienen allí a su tía Aurelia, de 90 años.

Uno de los primeros en acercarse hasta el lugar del incendio fue el alcalde de Siero, Ángel García, quien trasladó al personal del centro y sus residentes la solidaridad y el apoyo de todo el Ayuntamiento para ponerse a su disposición para todo lo que puedan precisar. «Nos pusimos en contacto con la coordinadora de la residencia, que ahora mismo he venido a verla en persona y a todo el personal que está trabajando para trasladarles todo el apoyo del Ayuntamiento y preocuparnos por las compañeras heridas, y ofrecer cualquier medio o ayuda que por parte del Ayuntamiento podamos ofrecer para salir de esta situación».