Iberdrola ordena evacuar la central de Lada ante la crecida del Nalón

La decisión se adoptó en cuanto el río Nalón se desbordó a la altura de la central. La planta, inutilizada temporalmente, no podrá suministrar electricidad a la red. La térmica ya se encontraba parada desde el miércoles cuando la crecida del río Nalón empezó a ser amenazadora y y las previsiones apuntaron a que seguía lloviendo.

El hundimiento de la pasarela que cruza sobre el río se produjo hacia las ocho y media de la mañana, momento en que la empresa decidió evacuar al personal. La medida se adoptó por seguridad y ante el temor de que el caudal del río pudiese subir más ya que los cálculos apuntan a que desde el embalse de Tanes los aliviaderos van a seguir soltando el excedente de agua. Anteesa situación Iberdrola activó el llamado Plan de Autoprotección de la Central Térmica de Lada.

La central convocó el Comité Operativo de la Emergencia, desde donde se siguió la evolución de la situación. Dicho organismo interno dio indicaciones de actuación al personal, que no se ha visto afectado. Para adoptar esta medida, la compañía asegura que hizo primar «la precaución y la seguridad».

El medio centenar de trabajadores que se encontran en la fábrica salían tranquilos y explicaron que «todo está bien se han adoptado medidas por seguridad, pero no hay nada importante afectado». «Esperemos que la lluvia se calme y el lunes, a lo máximo, la central esté trabajando con normalidad», apuntaban algunos. Otros sostienen que «ahora tendrán que reparar la pasarela porque se usa mucho».

La central informó de la situación a las autoridades competentes, entre ellas, Protección Civil, bomberos, Confederación Hidrográfica del Cantábrico y administraciones local y regional, así como la Delegación de Gobierno.

El personal de la central langreana tuvo que abandonar las instalaciones a pie por las inundaciones. La pasarela que comunica Lada y La Felguera suele verse afectada porla subiuda de las agua con frecuencia pero no se había hundido. Según los vecinos «está mucho más baja que el río; es una chapuza que llevamos sufriendo años, así que esto era de esperar».