Borrar
Foto: Un autobús de la línea 18 'Nuevo Gijón-Hospital de Cabueñes', abarrotado en la parada de la Gota de Leche; vídeo: resumen de la jornada de huelga en el transporte de viajeros. Paloma Ucha; vídeo: Mario Rojas / Aida G. Fresno
Paros en el transporte de viajeros

La huelga de los autobuses en Asturias obliga a los usuarios a esperas de hora y media y viajar «como sardinas»

Los servicios mínimos se cumplen, no se han producido incidentes y los taxistas se están beneficiando del paro

Soraya Pérez, Iván Villar, Susana Neira y Cristina Del Río

Gijón | Oviedo | Avilés

Lunes, 28 de octubre 2024, 12:05

No es el mejor día para coger el autobús. La huelga convocada en el transporte de viajeros por carretera, en principio solo para hoy pero bajo amenaza sindical de alargarla si no hay avances en sus reivindicaciones, se desarrolla en Asturias sin incidentes y cumpliendo los servicios mínimos, lo que no evita los trastornos a los usuarios. Buena parte de los viajeros que han llegado hoy a las marquesinas ignoraban que el paro estaba convocado, y se lamentan de la falta de información. También hay quejas por los tiempos de espera de hasta hora y media para lograr hueco en el siguiente autobús, así como por el hecho de que todos los vehículos que hoy circulan lo hagan al límite de su capacidad. «Vamos como sardinas», repiten quienes logran subirse a ellos. No todo son perjuicios: en días como hoy el colectivo de taxistas, que se solidarizó con el comité de huelga, está trabajando con intensidad para dar alternativa a los afectados.

La plantilla de Alsa en Gijón se sumó esta mañana a la huelga del transporte convocada por Comisiones Obreras (CCOO) y UGT para exigir «una jubilación digna». Desde las siete de la mañana, los delegados sindicales ya se concentraban en la estación de autobuses gijonesa, al tiempo que se iban formando largas filas de pasajeros que esperaban poder llegar a sus respectivos destinos. Así, el autobús que iba para Luanco mantuvo en espera a algunos usuarios casi dos horas, el de Villaviciosa se demoró una hora y media y el de Avilés otras dos horas. Para Oviedo el transporte fue más regular, aunque también conllevó retrasos importantes.

Algunos pasajeros mostraron su molestia ante la situación, pues muchos aseguraban que no tenían conocimiento de la huelga del transporte. Uno de ellos fue Aldo Tuya, quien se dirigía a Oviedo. «Entiendo la reivindicación de los conductores y sé que son necesarias para la mejora de sus condiciones porque tienen una plantilla muy envejecida. Pero echo en falta información acerca de la huelga, porque los ciudadanos también necesitamos organizarnos para cumplir agendas y compromisos. Y la mayoría de la gente que está aquí no estaba enterada de ninguna huelga», dijo el gijonés.

Otra pasajera, Bárbara Díaz, lamentó que «se suponía que debía estar en el Campus del Cristo a las 9. Intenté cogerlo en la avenida Constitución y no pasó y luego vine aquí. Realmente estoy disgustada porque llegaré tarde y me van a poner una falta. Estas cosas afectan a los ciudadanos», dijo. A pesar de ello, defendió con resignación que «comprendo que un conductor de más de 60 años representa un riesgo para nuestra seguridad, y eso lo apoyo, pero la huelga se puede organizar de una manera que no nos afecte tanto», aseguró.

Colas de viajeros en la estación de autobuses de Gijón.

Ver 57 fotos

Colas de viajeros en la estación de autobuses de Gijón. Paloma Ucha

También, Hugo Suárez, que esperaba el autobús de Villaviciosa, señaló, angustiado: «Ya llevo más de una hora esperando. Me enteré al llegar que había huelga y no me dio tiempo de organizarme. Me dicen que el siguiente autobús está por salir, pero aun así ya voy a llegar tarde». Suárez, comprende, sin embargo, que es necesario adelantar la prejubilación porque una persona de más de 65 años va perdiendo reflejos y capacidades para conducir un autobús. «Lo sé porque yo que voy a Villaviciosa todos los días, paso por lugares donde pasan peregrinos y carreteras muy estrechas que requieren de una persona en pleno uso de sus facultades», explicó.

Por su parte, el delegado sindical de Comisiones Obreras, Alberto Pérez Fernández, explicó que «estamos exigiendo la jubilación anticipada porque consideramos que este es un trabajo que tiene sus riesgos y al pasar los años las capacidades que tiene un conductor van disminuyendo», y añadió: «Pedimos también la aplicación de coeficientes reductores, que no sólo es justo sino que es conveniente para la población. Porque al final se trata de la seguridad de los pasajeros», subrayó el delegado sindical de CCOO.

En la estación gijonesa también había turistas. Fue el caso de Beatriz Fernández, una visitante de Barcelona que vino a conocer Asturias y compró billetes para desplazarse en autobús, sin saber nada sobre la huelga de transporte. «Nos vendieron el billete para Oviedo, y luego nos enteramos de que había huelga. Tenemos que estar en Oviedo a las 11 de la mañana, porque nos está esperando un guía que hemos contratado. No creo que lleguemos a tiempo. Nos dicen que ahora a las 11.30 hay un autobús que va para Oviedo, pero va todo con retraso así que no tenemos garantías de nada», comentó la viajera.

En Gijón, hora y media de espera para viajar «como sardinas»

9.30 de la mañana en la plaza de El Humedal de Gijón y la inquietud no para de crecer. También las colas. 'Línea 12. Contrueces. +15'. Indica el panel de una de las paradas del punto neurálgico del transporte urbano en la ciudad. El mismo mensaje estuvieron viendo durante un largo rato, sin más concreción (había que recurrir a la aplicación móvil de EMTUSA para descubrir el tiempo real), quienes esperaban por la línea 1, que lleva desde la zona oeste de la ciudad hasta el campus universitario y el Hospital de Cabueñes. Cuando por fin aparece a lo lejos, quienes llevaban esperando por él, en algunos casos hasta una hora, muestran una cara de alivio que se tuerce al ver llegar un vehículo a rebosar de pasajeros.

Entre los que se bajan está Beatriz López, que asegura que había esperado por él durante una hora y media en la plaza de La Habana y tuvo que viajar «como sardinas». Explica de hecho que «en mi parada solo pudimos subir dos de los que estábamos esperando. Quedó gente fuera en todas». «Encima de que solo hay un autobús por línea, han puesto los pequeños, podían haber puesto los dobles», se lamenta mientras pone rumbo a la estación de Alsa, «porque ahora tengo que esperar por otro a Oviedo para una revisión». El autobús del que se acaba de bajar, por su parte, cierra las puertas tras cargar solo a unos pocos viajeros más, dejando con la miel en los labios a muchos que también llevaban tiempo viendo pasar los minutos. «¿Cuánto queda para que pase el 18?», preguntaban en busca de una alternativa para llegar a su destino. Tuvieron suerte, pues lo hizo poco después y, aunque también con mucha gente, sí tenía espacio al menos para quienes estaban en esa parada, pero aún con gran parte de trayecto por delante.

La jornada de huelga en el transporte de viajeros, que en el caso de EMTUSA tuvo según los sindicatos un seguimiento del 100%, obligaba a tener paciencia y resignación. «Las huelgas son necesarias. Y todo lo que sea para mejorar las condiciones de trabajo está bien», apoyaba María Arias, de La Felguera, pese a la supresión del autobús con el que suele llegar directa desde Langreo hasta la Universidad Laboral y tener que hacer un transbordo con una espera que se alargó hasta una hora. «Por suerte, no tengo prisa», apuntaba. En la misma situación se encontraba Ismael Agudo, quien suele coger cada día en Laviana a las 7.10 una línea directa al campus universitario de Gijón. «Hoy tuve que venir en el autobús de Mariano hasta el Humedal y ahora esperar a que pase el de EMTUSA. Voy bien de tiempo, pero entiendo que para alguien que tenga que ir a una consulta al médico o llegar para un examen puede ser un problema porque no todo el mundo tiene coche».

Apurada se mostraba para poder llegar a una cita en el hospital María del Carmen Álvarez, preocupada porque al menos se cumplieran (como así ocurrió) los servicios mínimos. «Voy con el tiempo justo y es que no tengo quien me lleve en coche», señalaba mientras se planteaba la opción de buscar a un taxi, una opción muy demandada. «Este no es el mío, pero es el más parecido», decidía por su parte Lara Gordaliza para llegar hasta Roces. «Toca coger el que haya, porque ni se sabe cuánto hay que esperar. Y si va a haber más días de huelga, serían muchos taxis», indicaba. Muchos usuarios se quejaban de la falta de información sobre los tiempos de espera en algunas paradas. Y en ocasiones no cabía más que empezar a echar cálculos cuando veían pasar por la acera de enfrente el autobús de su línea, pero en sentido contrario al suyo, pues sabían que debían esperar a que llegara a su destino final y diera la vuelta. Al final, había quien llamaba por teléfono a alguien que le pudiera recoger en coche o quien, como María del Mar Escobar, tras una larga espera y ante la incertidumbre sobre si podrían subir al siguiente autobús, optaban por levantarse y tomar rumbo a su destino a pie. «No está muy lejos y al final voy a tardar menos que esperando, y al menos no llueve. Mientras haya servicios mínimos para la gente que los necesita, que es lo importante, no pasa nada».

Los viajeros esperan la llegada de su autobús en la estación de Oviedo. Mario Rojas

«Notable» incremento de los servicios de taxi en Oviedo

En Oviedo se notó el parón de los autobuses urbanos principalmente a primera hora de la mañana, con las principales entradas a la capital asturiana más colapsadas de lo habitual y menor fluidez por las calles por el aumento de vehículos privados. «En la zona norte, La Argañosa y en la plaza de Castilla donde más», constató José Antonio Alonso, presidente de Radio Taxi Principado. El colectivo registró un «notable» incremento de sus servicios. A medida que avanza la mañana, «parece que ya está todo más tranquilo».

La jornada, no obstante, transcurre «con normalidad y sin incendias» en la ciudad, según informó el Ayuntamiento. Los servicios mínimos se están cumplimiento, aunque la falta de frecuencias ha dejado como imagen autobuses más llenos de lo habitual cerca de la hora de incorporarse al trabajo o el aula.

En las líneas de los colegios ha habido situaciones dispares. La mayoría han cubierto con los servicios mínimos, como el Loyola, donde su director, Heriberto Fernández, destacó que «no ha habido ningún problema» en la llegada de los alumnos. En el centro Santa María del Naranco, en cambio, la dirección informó ayer a las familias de que se suspendía el transporte para evitar cualquier tipo de incidencia. Sí se han registrado problemas para algunos alumnos del IES de Sograndio, que «quedaron en tierra» al retrasarse la llegada del autobús a la parada.

Los usuarios, en general, se lo han tomado con paciencia. Algunos ha tomado medidas alternativas, a otros les pilló desprevenidos. «No sabía que había huelga y llegué a las nueve de la mañana a la parada de Trubia». Tras casi una hora de espera, Adolfo García, vecino de la villa cañonera, se subió al autobús de TUA para viajar hasta la capital. «Claro que había más gente, veníamos más apretados», describió. Ya en la calle Uría, sobre las once menos diez esperaba por la línea de enlace a Parque Principado, para «recoger el coche, que lo tengo en el taller». Una parada siempre llena pero esta mañana prácticamente desierta, con solo otra usuaria esperando a su lado. «Pone que viene en quince minutos, a ver si es verdad», indicó Alonso.

Tráfico denso en Avilés con motivo de la huelga del transporte de viajeros. Juan Carlos Gómez

Resignación de los pasajeros en Avilés

Esperas medias de veinte minutos y grandes dosis de resignación. Así están afrontando los pasajeros avilesinos las demoras en los autobuses que tienen que llevarlos a sus centros de estudio, de trabajo, al hospital u otros destinos. Supieran o no que había huelga de transporte de pasajeros por carretera, todos han tenido que esperar. Algunos se quejan, eso sí, de la falta de información en las marquesinas y en la estación.

Alexandra y su hijo Jordan se han cansado de esperar cuando llevaban veinte minutos en la marquesina de la avenida de Los Telares, frente a la estación de tren. Normalmente van al colegio Enrique Alonso caminando, pero cuando Jordan tiene extraescolares optan por el transporte público. «Sabíamos que había huelga y hemos venido un poco antes, pero aquí estamos esperando», comentaba Alexandra. A Natali y su hijo Tiago les tocó esperar también en la calle de Pruneda, solo que ellos si aguantaron hasta que llego el autobús de la CTEA. Llegó con 20 minutos de retraso sobre el horario habitual. «No sabía que había huelga. Me acabo de enterar el ver el cartel de 'Servicios Mínimos' en el autobús. ¿Y hasta cuándo dura?», pregunta ella.

A pocos metros las colas eran más largas para coger el autobús con destino Gijón. Camila era la primera de la fila. No sabía que había huelga y, a la espera de que llegar el autocar, ya había avisado a sus compañeros de trabajo de que llegaría tarde. «También me vale el tren. Tengo que ver qué opciones hay cuando salga de trabajar por la tarde», reflexionaba.

El taxi está siendo el colectivo beneficiado por esta huelga, con más carreras que un lunes habitual, que ya de por sí es un día bueno porque en Avilés hay mercado.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio La huelga de los autobuses en Asturias obliga a los usuarios a esperas de hora y media y viajar «como sardinas»