M. VARELA / G. POMARADA / L. MAYORDOMO
GIJÓN.
Miércoles, 30 de septiembre 2020, 01:32
La alerta naranja decretada en el concejo de Laviana ya causa estragos en el sector del comercio y la hostelería. La Asociación de Autónomos de Laviana (Aulav) afirma que son muchos los negocios que «han visto disminuir sus ingresos en más de un ... 90%» estos días. Y pone como ejemplo los alojamientos rurales, que están sufriendo «cancelaciones para todo octubre». Para intentar frenar esta situación y el coronavirus, varios empresarios -sobre todo desde el ámbito de la hostelería- han decidido reducir su actividad. Algunos han cerrado por precaución «a pesar de no tener positivos cercanos». Otros han modificado sus horarios abriendo solo algunas horas al día o solo los fines de semanas. Todos tienen claro la necesidad de cumplir con las restricciones sanitarias, pero se ven abocados a reducir gastos, ya que «hay comerciantes que pasan días con ventas inferiores a los 50 euros», apuntan desde Aulav.
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Un simple paseo por las principales calles lavianesas permite contar cerca de una veintena de negocios cerrados. El mayor temor en el concejo es que la situación empeore y se vaya a un confinamiento. Los cierres aumentarían y la pérdida de tejido empresarial sería evidente.
En Laviana, el cribado realizado entre el domingo y el lunes a adolescentes permitió detectar tres nuevos casos. También las muestras tomadas a los vecinos de la localidad lenense de Xomezana Riba revelaron el lunes dos nuevos positivos. En total, Asturias sumó en esa jornada 67 casos de coronavirus y tres ingresos hospitalarios. En estos momentos ya hay 47 personas en planta y otras 17 en la UCI.
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Por otro lado, la localidad pongueta de Sobrefoz ha sido la tercera de Asturias en someterse a un cribado comunitario para detectar casos de coronavirus entre sus residentes. Después de que el fin de semana se conociesen los positivos de tres vecinos, ayer 72 personas se sometieron a la PCR en el centro social del pueblo. Esta vez, en lugar de citas individuales, los ponguetos acudieron por núcleos de convivencia, de modo que los habitantes de las 33 casas llegaron escalonadamente. «Así se evitan aglomeraciones», destacó el gerente del área VI, José Manuel Llera.
Ponga era hasta este fin de semana uno de los treinta concejos libres de coronavirus, pero el cambio de situación no ha minado la tranquilidad de los vecinos. «Que iba a llegar estaba claro», indicó Luis Antonio Sánchez, dueño de uno de los dos bares de Sobrefoz, ambos cerrados «por precaución».
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