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Claudia Rojas
Lunes, 4 de enero 2021, 00:09
Entre la Sierra del Cuera y el Mar Cantábrico y los ríos Purón y Novales se encuentra Puertas de Vidiago y, allí, Los Cuetos, una quesería artesanal muy particular.
Particular porque aquí no solo se lleva a cabo el proceso de producción, sino que sus dueños, Tensi y Manolo, la han convertido en una taberna-tienda donde «se puede disfrutar de un ratín de tranquilidad degustando nuestros quesos de diferentes formas».
Tensi y Manolo hicieron realidad su ilusión por formar un chigre rural asturiano en el que la gente pudiese acudir a probar sus quesos en tostas, hamburguesas de carne ecológica, al horno o en un crujiente hojaldre.
Hace 23 años, en 1997, los de Los Cuetos compraron un rebaño de cabras. Con la leche de estas realizaban quesos, que más tarde vendían en ferias y establecimientos. En el año 2003 adquirieron su quesería, en Puertas de Vidiago. Pero, tan solo 5 años después, en 2008, a la bajada de los precios de venta se unió otro problema, «debido a la realización de la Autovía del Cantábrico nos expropiaron la nave». Fue a partir de este momento, cuando Tensi y Manolo decidieron vender su ganadería y, lejos de desistir en su pasión por realizar quesos, optaron por adquirir el lácteo de otras ganaderías de la zona y seguir produciendo las piezas en su quesería para su posterior venta.
En el establecimiento también se lleva a cabo el proceso de maduración, «en un habitáculo bajo el terreno en el que forzamos un poco las temperaturas». Tensi y Manolo fabrican cuatro tipos de quesos: Los Cuetos Cabra, Los Cuetos Vidiago, Los Cuetos Oveja y Los Cuetos Tres Leches. «Como quesos artesanos tan solo llevan leche, fermentos y cuajo, sin ningún tipo de conservantes. Su corteza es natural sin tratamiento». Con el pensamiento de que el producto llegase a más gente y en diferente 'formato', los de Los Cuetos idearon hacer de su quesería también un chigre rural asturiano y en 2014, con la necesidad de buscar una seguridad y un respeto por su trabajo, se llevó a cabo la idea. «Lo que ahora mismo es el bar, antes era la sala de ordeño», cuenta Tensi.
La quesería familiar Los Cuetos forma así un coqueto bar rural de no más de diez mesas de madera, en el que pasan al año «cientos» de clientes para disfrutar de los productos lácteos de la zona, incluidos en hamburguesas, tostas, patatas, tartas y hojaldres, así como de otros géneros típicos asturianos, adquiridos en cooperativas como Bioastur o Agrecoastur. Todo esto trabajado y cocinado con el mimo y la gran dedicación de Tensi, Manolo, y su hijo, Teo.
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