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María Cidón Kiernan
Miércoles, 29 de julio 2020, 17:31
Asturias concentra el 42% de todas las explotaciones de producción cárnica de equino de España y tres cuartas partes de la producción se exportan fuera de la región; sin embargo, no cuenta con el reconocimiento de la raza del caballo de la montaña asturiana para impulsar al sector con un estándar de calidad para competir en el mercado europeo.
El Comité Nacional de Zootecnia ha negado el reconocimiento de la raza en dos ocasiones, la más reciente en junio, por eso la Asociación de Criadores de Ganado Equino de la Montaña Asturiana (Acgema) ha decidido en asamblea que desistirá de ese reconocimiento y solicitará al Principado la autorización para llevar el libro genealógico de la raza equino hispano- bretón.
«La decisión del comité fue que todas las razas de equino cárnico somos hispano bretón. Si no nos conceden la raza propia que estamos peleando, lo que necesitamos para darle continuidad al proyecto es ser raza», indicó Adrián Lagar, presidente de Acgema. «Dentro de una raza tenemos la potestad de negociar. Necesitamos diferenciar el producto, que lo tenemos y que tenga un valor de mercado», agregó.
La asociación de criadores agrupa a unos 850 productores que tienen inscritos a 350 machos y 1.500 madres, que cada año puede criar a más de mil potros. Los caballos de estos ganadores cumplen con una calidad y condiciones morfológicas propias, pero Lagar reconoce que en Asturias «hay variedades muy diferentes, en las explotaciones regionales no todos logran caballos o sementales de mérito».
Los productores tienen claro que deben adaptarse al mercado europeo, y que para ello requieren contar con certificados de calidad y de potros ecológicos, explicó el presidente de la asociación de criadores.
Para hacer más competitivo al sector asturiano y mejorar la cabaña ganadera, Acgema trabaja con el Centro Tecnológico Agrolimentario Asincar y el Serida en un proyecto de mejora del sistema de reproducción del equino de carne en Asturias.
Barón, Rayo y Apolo son los tres sementales del programa. Tres ejemplares que cumplen con las características del caballo de montaña para la explotación cárnica. «Son animales de pata corta, pero de gran volumen, de conformación tipo tonel, eso les permite adaptarse a las montañas. Tienen un desarrollo muscula excepcional del cuarto trasero que lo hace de gran rendimiento carnicero», explicó Sergio Serrano, veterinario de Asincar.
El programa ha logrado ya la inseminación de 75 de las 90 yeguas seleccionadas, cuyos primeros potros nacerán en 2021. El proyecto cuenta con más de 170.000 euros y es financiado íntegramente por la Unión Europea.
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