Pilar Alonso
Viernes, 19 de junio 2020, 12:56
La polilla guatemalteca todavía no se ha dado por erradicada, lo que obliga al Principado a mantener la prohibición de cultivar patata en ocho municipios: Vegadeo, Castropol, San Tirso de Abres, Taramundi, Navia, Valdés, Cudillero y Pravia. La siembra de patata está vetada en todos ellos desde que en 2017 se detectara la presencia de esta plaga, provocada por el organismo nocivo Tecia solanivora (Povolny) o Scrobipalpopsis solanivora (Povolny), considerada de cuarentena y para la que es necesario tomar medidas para su erradicación y control.
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Además de las zonas infestadas, una serie de concejos se mantienen bajo la consideración de zonas tampón, en las que sí se puede cultivar, previa notificación a las oficinas comarcales del polígono, parcela o recinto donde se prevé hacerlo. Entre esos municipios se encuentran aquellos en los que la evolución favorable de la plaga y la ausencia de capturas en la red de trampeo establecida para su control durante los dos últimos años permitió levantar hace escasos meses la prohibición de siembra. Se trata de los concejos de Tapia de Casariego, El Franco, Coaña, Muros de Nalón y Gijón, que pasaron a comienzos de año a estar incluidas en las denominadas zonas tampón junto a Santa Eulalia de Oscos, Villanueva de Oscos, Boal, Villayón, Tineo, Salas, Candamo y Soto del Barco que ya lo estaban antes.
Después tres años sin poder sembrar patata en Navia, de donde es natural, Miguel Ángel Acevedo ha podido hacerlo este año en Coaña, donde reside. «Es un huerto pequeño, de unos 200 metros cuadrados», explica, del que prevé recoger unos 150 kilos «para casa».
Cuando lo hacía en Navia la producción era mayor, «rondaba los 2.000 kilos», que repartía entre sus familiares. Porque como la mayoría, Miguel Ángel cultiva patata para autoconsumo y «como afición». «Realmente me sale más caro sembrarlas para casa que comprarlas, pero sé lo que siembro y sé lo que como», sostiene.
La presencia de polilla guatemalteca, cuya larva causa daños severos al penetrar en el tubérculo para alimentarse haciendo galerías, obligó a prohibir el cultivo de patata y su almancenamiento en las zonas infestadas. Pero también a desenterrar y destruir todas las patatas cultivadas en campañas anteriores y rebrotes que hubieran podido germinar, así como a desinfectar los almances y a instalar trampas con feromonas específicas para su captura. En la actualidad, la red de trampeo suma 500 trampas en más de una veintena de concejos.
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La época de plantación de la patata en Asturias es el mes de marzo. La coincidencia este año con la declaración del estado de alarma y las limitaciones a la movilidad, sumadas a la veda en algunos concejos, ha podido afectar al volumen de producción de este año.
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