Pocas reses y precios «por los suelos» en la primera feria ganadera del año

El año no comienza bien para el sector ganadero de la comarca. Tal y como llevan meses advirtiendo los propios profesionales, la crisis sanitaria está haciendo mella en unos precios que, ya antes de la pandemia, llevaban tiempo a la baja y esa situación fue perfectamente palpable ayer, durante la primera feria ganadera del año en la comarca oriental. Hasta un Castañéu de Corao (Cangas de Onís) con aforo limitado y todas las medidas de higiene apenas acudieron un centenar de cabezas de ganado con motivo de la tradicional feria de San Antón, y las ventas, como las cotizaciones, tampoco fueron demasiado altas.

El mayor lote lo vendió el tratante Toño García, de Mestas Ganadera, quien logró colocar dieciséis vacas y tres crías de asturiana de la montaña al vasco Egoitz Baraiazarra. «Me gusta mucho la calidad de los animales de esta zona y suelo venir a la feria de San Antón porque, aunque pueda parecer mal momento para comprar porque tienes que mantener a los animales todo el invierno, yo lo prefiero así para que se vayan acostumbrando a mi y al resto de ejemplares y es todo más fácil cuando las subo al monte en primavera», explicaba. «La cosa está mala por el momento y los precios por los suelos, con vacas casinas a unos 400 euros y a 600 las paridas», apuntaba García.

Desde Santianes de Ola llegó el joven Alejandro Allende con siete xatos de unos cinco meses de los que solamente logró vender dos al final del día. «Está siendo un comienzo de año duro y solo hay que echar un vistazo a la feria, no hay casi ni compradores», se lamentaba, recalcando que, además, este invierno está viniendo «especialmente duro, con mucho frío y nieve antes de tiempo».

Quien sí consiguió vender los cuatro xatos de medio año que llevó hasta el Castañéu fue Miguel Ángel Rodríguez, de Igena. «En breves empezarán a parir la segunda tanda de vacas y necesitaba hacer sitio, pero los precios están muy mal», explicó, poniendo sus esperanzas, como sus colegas, en poder celebrar las ferias de marzo y mayo. «Esas sí que son buenas y nos hacen mucha falta después de un año sin apenas ferias», apostilló.