«Las ganaderas fijan población y pueden combatir el despoblamiento en el occidente»

El hotel, en pleno casco urbano tinetense, acogió ayer la jornada de emprendedoras en el medio rural, a la que asistieron más de medio centenar de mujeres de diferentes puntos del occidente. Una afluencia con la que la organización se mostró satisfecha, dadas «las dificultades para la conciliación» y el volumen de trabajo que las mujeres tienen en las explotaciones familiares. «Las mujeres en los pueblos hacemos de todo. Segamos, arreglamos problemas en la luz o el agua, atendemos a los animales...», señalaba María Ángeles Díez, propietaria de la Ganadería Ordipoc, ante el asentimiento de la quesera Maura Liz Velázquez que enfatizaba «lo poco que se valora ese trabajo de las mujeres en el medio rural».

Y es que la tónica general del encuentro fue, sin duda, la sororidad entre las ganaderas, y la esperanza ante los nuevos horizontes que parecen abrirse al fin para ellas. «Donde hay una mujer titular de una explotación, la familia se localiza. Es la realidad. Hay que apostar por ello y poner dinero para que las mujeres, si quieren, se queden en los pueblos. Esta es la primera vez que la PAC incluye perspectiva de género», señaló satisfecha la directora general de Ganadería y Sanidad Animal, Rocío Huerta.

Una idea que comparte Fernández que insistió en «la necesidad de ayudas sociales para criar a los hijos, como extraescolares, para que las mujeres se sientan seguras y puedan vivir tranquilas en los pueblos». «Las ganaderas pueden ser una opción para combatir la despoblación de esta comarca, pos supuesto», aseveró la tinetense.

Consciente de la suma importancia de la formación, Huerta animó a las ganaderas a «asistir a este tipo de jornadas», en las que propuso «incluir un espacio para dejar a los menores». Y es que, la corresponsabilidad y el reparto de las tareas familiares sigue siendo un obstáculo a salvar en las zonas rurales, donde las mujeres «para salir de casa, tienen que dejar la ganadería atendida, a los hijos y a los ancianos», clamaron las asistentes. «No hay que pensar que porque siempre se hicieron así las cosas están bien hechas. Sé que la formación es, a veces, un sacrificio pero es necesaria. Al igual que el asesoramiento», enfatizó Huerta.

Por lo pronto, de las 269 solicitudes de incorporación de jóvenes en la región; 115 son de mujeres y 41 para vacuno de leche. Un indicador de que las jóvenes no se rinden, que celebran también las más mayores, conscientes de las dificultades.