Un paso adelante para la IGP de la miel

«Tener una Indicación Geográfica Protegida (IGP) para la miel de Asturias sirve para darle valor a un producto que es nuestro». Los apicultores del occidente se muestran de acuerdo, prácticamente en su totalidad, con las condiciones que incluye el pliego para la creación de la IGP Miel de Asturias, que recientemente ha publicado el Principado. El plazo de alegaciones es de dos meses y se trata del primer paso de una tramitación por la que llevan esperando años. Recoge aspectos como los tipos de mieles, un registro de explotaciones e instalaciones para la extracción y envasado, así como indicaciones de cómo han de ser esos procesos, y el etiquetado.

«La maquinaria ya está puesta en marcha», celebraba ayer el vicepresidente de Promiel Asturias y socio de Miel La Boalesa, Julio Fernández. Apicultores de la zona han formado parte del equipo de trabajo que, en colaboración con la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial, ha elaborado unas normas de obligado cumplimiento en la cadena de producción. «Hemos trabajado para que el pliego se adapte lo más posible a las necesidades que planteamos los apicultores», afirma Fernández.

La IGP está abierta a todo tipo de productores. Fernández confía en que, poco a poco, se vayan sumando explotaciones. «Va a garantizar la calidad y el origen de la miel y también va a ser un plus económico para la apicultura asturiana. Además, será una herramienta importante como órgano de control y va a tener la labor de velar por que toda la miel sea producida y envasada en Asturias», destaca.

La apicultora valdesana Conchi Pérez, de Miel Casa El Campo, ve con buenos ojos la tramitación. «Se podrá poner fin al mercado fraudulento de la miel. En Asturias se produce mucha miel y se vende muy poca legal», afirmó.

En la comarca tinetense de Cuarto de los Valles, los apicultores consideran que «hay cosas más importantes en el sector». La avispa asiática, la varroa o las distancias mínimas entre asentamientos apícolas son algunas de las cuestiones que ven prioritarias. «Siempre que la IGP lleve un control muy exhaustivo y que realmente defienda Asturias sería interesante, pero con los análisis que se hacen es muy complicado saber realmente si la miel es de Asturias», opina Daniel García, de la Cooperativa de Apicultores Cuarto de los Valles, la única que existe en Asturias, compuesta por 16 socios.

García detalla que «únicamente se están haciendo análisis polínicos y así es imposible saber de dónde procede la miel». A su juicio, lo que los productores deberían plantearse es «si por pertenecer a la IGP se paga más el producto». «El kilo de miel se nos va a encarecer a los productores en un euro aproximadamente. ¿Realmente se va a cargar ese euroa al consumidor o se lo vamos a descontar al productor?», apostilla García, que además señala que todos tienen la apicultura como una actividad secundaria porque «vivir de ello es muy complicado».

Para estos apicultores la producción «se está vendiendo bien y a buenos precios», pero explican que los grandes productores están teniendo dificultades para hacerlo. «Creo que están equivocados si creen que por tener una marca de calidad diferenciada van a sacar la cosecha o subir los precios de compra», concluye.

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