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Ana Inmaculada Adeba agradece el premio Mujer Rural 2020. X. CUETO

«Todos somos capaces, que nadie te imponga lo que debes hacer»

Ana Inmaculada Adeba, Mujer Rural 2020, defiende el trabajo femenino en el campo y aboga por la «formación y la colaboración»

L. RAMOS

COLUNGA.

Viernes, 16 de octubre 2020, 02:08

Uno de los principales retos a los que se enfrenta el campo asturiano, la despoblación, tiene rostro mayoritariamente femenino. Así lo señaló ayer la directora general de Igualdad del Principado, Nuria Varela, quien explicó cómo la mayoría de las personas que abandonaron los pueblos de la región en los últimos años fueron mujeres. Un éxodo, indicó, que deriva en gran parte de la desigualdad de oportunidades que padecen las mujeres y que «se agudiza en el campo». Por eso historias como la de Ana Inmaculada Adeba Vallina, de la localidad de Oneta (Villayón), cobran aún más importancia. La ganadera y emprendedora recibió ayer el premio Mujer Rural 2020 de la Red Asturiana de Desarrollo Rural (Reader) en un emotivo acto celebrado en el MUJA (Colunga).

Enormemente «agradecida» por el galardón, Inmaculada hizo un alegato en defensa de la vida en el campo, la que ella eligió y de la que se siente «profundamente orgullosa». Y es que «al final, rurales somos todos porque las ciudades existen desde hace cuatro días». La conexión del ser humano con la naturaleza es tal, agregó, que en el hotel rural que regenta ha visto infinidad de veces cómo «a niños de ciudad que no conocen el campo se les revela el gen granjero y siempre quieren volver».

La homenajeada recordó cómo hace años se asentó en la pequeña aldea de Oneta con su marido y allí comenzaron a tejer un proyecto vital que en la actualidad incluye una explotación caprina de orientación láctea, su Yeguada Albeitar de caballos pura raza y orientación deportiva, un hotel rural y nuevos proyectos ya en marcha.

«Tuvimos la inmensa suerte de echar raíces en un lugar donde pudimos criar a nuestros hijos con alas», indicó, recalcando cómo «lo que inicia todo es la casa, la familia, un foco donde formar y colaborar». Porque para Inmaculada «la esencia del ser humano son la superación y la colaboración» y, precisamente en ello está la solución al reto demográfico. «Debemos colaborar trayendo niños y formándoles en igualdad», indicó. Y continuó: «Todos somos capaces de hacer de todo, independientemente de nuestro género, que nadie te imponga lo que debes hacer si no quieres».

Mejores comunicaciones

También reivindicó mejoras para una zona rural que tiene un gran potencial. «Con buenas comunicaciones y conexiones se puede teletrabajar», aseveró. «Un madrileño va a preferir trabajar desde una aldea asturiana en vez de tragarse atascos todos los días e importantes directivos pueden mantener sus reuniones en un hotelito rural en lugar de irse a Tokio», insistió, presumiendo de «paraíso».

Otras tres asturianas más fueron distinguidas con premios por su labor en el medio rural: la parraguesa Hortensia González, la sierense Yaiza Rimada y Ana María Acevedo, de Coaña. Las trabajadoras del servicio de ayuda a domicilio de Cangas del Narcea fueron asimismo reconocidas en el concejo.

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