«Los costes cada día suben más, este va a ser un invierno muy complicado»

La imagen se repite feria tras feria en los pueblos asturianos. Los antaño abarrotados recintos se vacían de reses, hasta las apenas medio centenar de cabezas de asturiana de los valles y casina reunidas ayer en la feria de octubre de Benia. Fueron incluso menos que las registradas en la feria de San Mateo celebrada ya a la baja este septiembre en el mismo recinto. Sin embargo, la dinámica de ventas y precios permaneció invariable, con terneros pasteros que oscilaron entre los 500 y los 700 euros y vacas de asturiana de los valles con cría que rondaron los 1.300. El ganadero local Marcos Remis vendió precisamente dos vacas con sus respectivas crías «rápido», pero a un precio «que debería ser algo mayor». «Estamos trabajando por debajo de los costes y lo que nos queda. Nos dan leña por todos lados y se quitan las ganas», lamentó.

El buen tiempo de las últimas semanas ha permitido a los ganaderos estirar la temporada de pastos en los puertos, pero ante la inminente llegada del invierno, interesa vender ganado para evitar costes. Uno de los que más preocupa en el sector es el de los piensos. «No renta cebar terneros. La tonelada de pienso está a 550 euros, es insostenible», evidenció Remis. «Los costes cada día suben más. El invierno va a ser muy complicado, van a comer lo que no van a producir», auguró el ganadero oniense Tito Rojo. En la misma apreciación coincidió José Antonio García, regidor de pastos de la Montaña de Covadonga, quien recalcó cómo «la gente quiere tener la menor carga posible de ganado de cara al invierno».

El alcalde de Onís, José Manuel Abeledo, achacó la paulatina disminución de reses en las ferias a que «la gente vende en casa». «Pero si no se hicieran, se quejaban», afirmó. El concejal de Ganadería, Luciano González, señaló que «los ánimos están bajos» en el sector, tanto por los «precios bajos» como por la problemática del lobo, que «sigue matando».

El cánido fue precisamente tema recurrente en las conversaciones del público asistente, que superó holgadamente la cifra de animales. Entre las últimas bajas del lobo, ganaderos apuntaron a dos ovejas y una cabrita por encima de Cueva Oscura.

El ganadero Marcos Remis refirió además haber observado este verano pisadas de un oso en los mismos días en los que un ejemplar fue avistado en las inmediaciones del pueblo cabraliego de Pandiello.

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