«A ver lo que aguantamos, esto se acaba», claman los ganaderos de los Picos de Europa

En cuanto a las medidas que se podrían tomar para asegurar la supervivencia en los Picos de Europa, afirman, «con desbroces, control del lobo y ayudas para los jóvenes serviría para continuar». «Tengo dos hijas y ninguna quiere seguir con la ganadería. Yo soy la primera que las empujo a irse», confiesa la ganadera, Silvia Traviesa, que en su explotación de la localidad canguesa de Igena tiene 130 cabezas de la raza asturiana de la montaña. «Esto se acaba», subraya.

Consideran que la situación de la ganadería tradicional en Asturias es insostenible si no se toman medidas inmediatas. La burocracia retrasa, una vez más, el cobro de las ayudas PAC 2022 a los agricultores y ganaderos del Principado. Aunque la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial indicó que el anticipo de las ayudas se haría efectivo el 15 de noviembre, lo cierto es que «no lo hemos cobrado», precisan.

El sector, que asegura estar «ahogado», añade que «esta situación supone una piedra más en el camino». Muchas de las explotaciones ganaderas dependen de las ayudas de la PAC para subsistir debido «a la grave situación» que atraviesan por la subida de los costes de producción y los «irrisorios» precios» que perciben por sus productos. La reducción de los márgenes provoca que su actividad se vuelva inviable por momentos

«A ver lo que aguantamos, no creo que mucho», añade Enrique Remis, ganadero de Sirviella, que tiene 140 reses. El enfado y la ira es más que evidente en el colectivo. «Los que defienden la inclusión del lobo en el Lespre tendrán que acabar comiendo lobo», advierte Remis, partidario de un control de las manadas. Unas pérdidas, las generadas por la fauna silvestre, que son «irrecuperables».

«Lo que nos pagan y nada es lo mismo», asevera. La cría en extensivo implica el pastoreo de los animales y dicen sentirse «indefensos» y desconfían de la eficacia del nuevo plan aprobado por Gobierno asturiano para controlar los ataques. Los ganaderos locales, que pretenden vivir de las ventas de un sector que está siendo golpeado de forma constante, tanto por las administraciones, como por el propio mercado, apuestan por una promoción por parte del Gobierno regional que dé «más valor» a la carne asturiana.