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ROSANA SUÁREZ
PROAZA.
Lunes, 5 de abril 2021, 01:20
La Dirección General del Medio Natural y Planificación Rural de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial ha activado el protocolo de recuperación de crías de oso huérfanas, tras la recogida de un esbardo macho de unos tres meses, en la tarde ... del Jueves Santo, en las inmediaciones de San Miguel, en el concejo de Proaza.
El ejemplar fue localizado a las 10 horas por el grupo de montaña La Chiruca, de Cudillero, cuando se disponían a realizar una ruta en el entorno de Cuevallagar, en el concejo de Yernes y Tameza. «Dimos la voz de alarma nada más que vimos a la cría por miedo a que algún coche la atropellase, pero al volver a pasar por la misma carretera, sobre las 19 horas, seguía allí. Nadie había ido a recogerla, por lo que volvimos a dar el aviso», detalló ayer Víctor Valdredo.
Los miembros del grupo de montaña decidieron no bajarse en ningún momento de los vehículos en los que viajaban, pero pudieron comprobar que el ejemplar caminaba «con dificultad», «quizás porque era muy pequeño», apunta Valdredo. Observaron que caminaba por la carretera y en alguna ocasión hacia el monte, «creemos que su madre podría estar cerca», destacan. El grupo de montaña La Chiruca quiere ahora que el osezno se llame 'Chiruquin', aunque lo habitual es que las crías sean bautizadas con nombres que guarden relación con una población cercana al lugar donde han sido localizadas para que sirva de referencia.
Los agentes del Medio Natural durante una patrulla de vigilancia en la zona del Cubia, entre los municipios de Yernes y Tameza y Proaza, donde se había producido un incendio forestal, localizaron a la cría de oso pardo activando de inmediato el protocolo de recuperación y asistencia veterinaria. Tras una revisión de la zona, de acuerdo con los criterios establecidos en el protocolo de intervención con osos en la Cordillera Cantábrica aprobado por las comunidades autónomas y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, se comprobó que el ejemplar se encontraba aislado de su grupo familiar.
Los primeros cuidados veterinarios se centraron en la recogida de indicadores biométricos y toma de muestras, que determinaron un buen estado de salud del esbardo. Seguidamente, bajo la vigilancia de los agentes del Medio Natural y con la colaboración de la Fundación Oso de Asturias, se procuró su reintroducción en la zona de recogida, para lo que se dotó al ejemplar de un dispositivo de radioseguimiento y se intentó la integración con el núcleo familiar.
Tras pasar un periodo prudencial en la zona de Yernes y Tameza donde se había detectado la presencia probable de su núcleo familiar, los servicios técnicos determinaron que la mejor fórmula para garantizar la supervivencia de la cría será su recuperación funcional en instalaciones del Principado y el seguimiento de su evolución, lo que determinará los siguientes pasos a seguir.
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