Grandes botellones en Oviedo, Avilés y Gijón en una Nochevieja sin hostelería

Con todo, la tranquilidad fue la nota general en las principales localidades asturianas durante la primera madrugada de 2022. Una parte muy mayoritaria de los asturianos optaron por festejar el tránsito entre 2021 y 2022 con celebraciones hogareñas y haciendo caso a las restricciones que imponían que incluso estas deberían no exceder los diez participantes de dos unidades de convivencia familiar. Sí es cierto que entre la medianoche y la una de la mañana se pudo ver una gran cantidad de desplazamientos urbanos, que apuntaban a reuniones de amigos en domicilios particulares.

Y, como pronosticaron los empresarios del ocio nocturno tras el nuevo cierre administrativo, no fueron pocos los que cambiaron el dinero devuelto de las entradas de las fiestas de Nochevieja por una compra colectiva en los supermercados y por la celebración de botellones, el más masivo de los cuales tuvo lugar en Oviedo. El Parque de Invierno fue el lugar donde alrededor de un millar de personas se citaron, con megafonía e iluminación incluidos, y donde estuvieron bebiendo y bailando durante toda la noche. La Policía Local y Nacional calificaron la noche como «muy tranquila, incluso más que muchas otras del año».

Esta aglomeración en el parque ovetense era algo «controlado», según indican fuentes municipales, por lo que no fue necesaria la intervención de los agentes. Además, no se registraron incidentes de ningún otro tipo durante la última noche del año en la capital asturiana.

Mientras, en Avilés, durante la primera madrugada del nuevo año sus agentes solo tuvieron que intervenir para disolver dos pequeños botellones en el parque del Carbayedo y en la plaza de Hermanos Orbón, y para asistir a los protagonistas de un choque entre turismos ocurrido junto al Niemeyer. En el caso del Carbayedo, la concentración llegó a alcanzar las personas, aunque los agentes solo intervinieron poco antes de las ocho de la mañana, cuando solo quedaba un reducto de medio centenar de jóvenes, todos entre los 25 y los 35 años. Y aún menor fue el botellón celebrado en Hermanos Orbón; en ningún caso se produjeron incidentes o detenciones.

Aún se recibió un tercer aviso, que apuntaba al parque de María Zambrano, aunque, para cuando las patrullas llegaron, no quedaba nadie allí. Por lo demás, pequeñas concentraciones se dieron en distintos puntos de la ciudad, con una media de cinco personas, aunque no requirieron de intervención policial. Los agentes, eso sí, tuvieron que acudir a quince domicilios, en los que se produjeron fiestas privadas, en respuesta a quejas por ruidos excesivos, y en todo momento el personal de paisano estuvo muy atento a la presencia de menores.

En Gijón, la Policía Local disolvió un botellón en el entorno del auditorio del Cerro de Santa Catalina. Y los jóvenes fueron detectados por una de las patrullas, formulándose la correspondiente denuncia. Tampoco se produjeron denuncias por incidencias relacionadas con fiestas en domicilios privados, atendiéndose exclusivamente cuatro requerimientos de vecinos a causa de ruidos y molestias por reuniones familiares, que cesaron en todos los casos tras la intervención de los agentes.

Eso sí, fue precisa alguna intervención policial en negocios hosteleros. En Gijón, los horarios de cierre previstos por la normativa anticovid se cumplieron en toda la ciudad, con excepción de un bar que permanecía abierto pasadas las dos de la madrugada, y que cerró sus puertas tras formular los agentes la correspondiente denuncia.