Vista general del argayo. A la izquierda, la zona de las obras de la autovía, con la doble calzada ya planteada y cubierta por el derrabe. A la derecha, la N-634, también afectada. DAMIÁN ARIENZA

Un gran argayo en las obras de la futura autovía Cornellana-Salas estrangula el suroccidente

Los técnicos detectaron las primeras grietas el miércoles. El ministerio estudia crear una calzada provisional que rodee el desprendimiento

ROSANA SUÁREZ

SALAS.

Sábado, 17 de abril 2021, 01:37

Pasadas las nueve y media de la mañana de ayer, el talud más alto que el Ministerio de Transportes ejecuta en el tramo Cornellana-Salas de la autovía del suroccidente (A-63) se vino abajo, con estruendo de rocas y lodo. Se desprendieron ... más de 20.000 metros cúbicos de pizarras y areniscas, según estiman los geólogos consultados. Y, milagrosamente, no hubo víctimas. El corrimiento dejó una lengua de unos 30 metros de longitud y sepultó la N-634, sin que hubiera que lamentar víctimas. Los operarios de la obra habían detectado el miércoles las primeras grietas y temiendo lo sucedido, reforzaron la señalización y aseguraron la zona.

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Por la tarde aún seguían cayendo piedras, por lo que en los próximos días habrá que proceder a analizar su estabilidad y tomar decisiones sobre si hay que desmontar más ladera (dejar una inclinación menor) o se puede proceder a fijar el terreno con la actual inclinación. El alcalde de Salas, Sergio Hidalgo, calificó de «muy preocupante» lo ocurrido. Recordó que se trata de una vía que une la mayor parte de los concejos del suroccidente y, por tanto, tiene una importancia «vital. Las cosas hay que hacerlas con seguridad y con los estudios oportunos, pero hay que darse prisa porque el corte de tráfico en esta vía supone un problema».

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Galería. Toneladas de tierra cortan la N-634 desde Villazón. D. A.

2.500 vehículos al día

La N-634 quedó cortada entre las glorietas de Cornellana y Casazorrina, tramo utilizado a diario por unos 2.500 vehículos, de los que 380 son camiones, según las últimas estadísticas del Ministerio de Transportes. Sus efectivos habilitaron ayer mismo varios desvíos alternativos que permiten sortear el lugar ampliando en quince minutos el viaje. Para minimizar los inconvenientes, el ministerio valora la posibilidad de ejecutar una calzada provisional que rodee el argayo.

De momento para llegar a Salas desde el centro de la región, los vehículos ligeros deben dirigirse en el enlace de Doriga, a través de la AS-15 sentido Cangas del Narcea, para desviarse posteriormente en Soto de los Infantes hacia Salas por la AS-226. Mientras, los vehículos pesados deberán circular por la AS-15 sentido Cangas del Narcea para coger la AS-215 hasta El Crucero y desde allí la AS-216 a La Espina. Toda una vuelta que añade kilómetros y tiempo para llegar a los polígonos industriales de La Curiscada o las industrias de la entrada de Salas.

Una hora de retraso

A lo largo de la mañana se produjeron importantes retenciones en los accesos a la villa de Salas. «Es la carretera principal que tenemos para ir a Oviedo, Gijón y Avilés. El que sepa, tiene que desviarse por Camuño, y el que venga de Tineo tiene que ir por el Rodical o por Soto de los Infantes. Son carreteras mucho más complicadas y hay que rodear más kilómetros», dijo ayer Luis Balsera, trabajador de la estación de servicio de Casazorrina.

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«Llegamos a la rotonda de Casazorrina cuando nos paró Tráfico. Se veía una caravana tremenda. Nos desviaron por Soto de los Infantes y llegamos a Oviedo una hora más tarde de lo previsto», relata Beatriz Suárez, usuaria de Alsa de Tineo a Oviedo.

Los vecinos de la zona reconocen que les da «miedo» circular por la carretera nacional. «Ya son varios los desprendimientos. Entre lo de Villazón, esto que pasó ahora y lo que les pasó en Correcharcos y en Doriga, no sabemos en qué acabará», afirman varios usuarios, «hartos» de los incidentes. «Estaba claro que esto iba a ocurrir. Las montañas son de arena, sin soporte», apuntó Natalia García, vecina de Villazón. «Transitamos muy a menudo por esta carretera, siempre que vamos a Tineo a ver a la familia. Cada vez que pasamos hay algo nuevo. En Villazón, son ya varias las casas que se han venido abajo por los desprendimientos de las obras de la autovía», relata Manuel Fernández, vecino de Oviedo.

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«El talud es impresionante. Por suerte, no ha habido víctimas, pero cualquier día va a haber una desgracia. Los trabajos en la autovía están suponiendo un riesgo para quienes circulamos por la nacional. No circulamos tranquilos por miedo a lo que nos vayamos a encontrar», sostiene Rosa Fernández, que se dirigía desde Cornellana hacia Salas.

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