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El Gobierno central ha respondido a la demanda que las universidades públicas, rectores, estudiantes y los partidos de la izquierda llevan tiempo haciendo: endurecer las ... condiciones para la apertura de universidades privadas en España. En los últimos años han proliferado estos proyectos hasta estar a punto de superar en cifra a las públicas. Frente a las 50 universidades públicas hay 46 privadas y otra decena en proyecto. Entre ellas, dos en Asturias (la tercera, la Alfonso X, aún no ha presentado expediente oficial).
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que el Consejo de Ministros aprobará este martes, para su tramitación urgente, «el endurecimiento de los criterios de creación, reconocimiento y autorización de universidades y centros universitarios», porque «una universidad no puede ser una máquina expendedora o una fábrica de títulos sin garantías». Ese endurecimiento pasará por varias cuestiones. En primer lugar, por exigir un informe vinculante de la ANECA o de las agencias de acreditación autonómicas.
Hasta ahora, los proyectos privados requerían un informe de la Conferencia General de Política Universitaria, pero dicho informe no es vinculante. En el caso de Asturias, el Ejecutivo regional ya ha dicho que ese informe será «fundamental», algo que ha sido criticado, por ejemplo, por el PP de Gijón , donde instalará un nuevo campus la Universidad Europea.
Hay más medidas previstas. «Endureceremos los criterios de apertura» y «se exigirá una masa crítica mínima de 4.500 estudiantes en los primeros cinco años de ejercicio», ha anunciado Sánchez. Además, las universidades «deberán asumir el «compromiso de disponer al menos de un 10% de plazas de alojamiento universitario para facilitar el acceso a la vivienda». También se exigirá experiencia en gestión universitaria a sus promotores, y tendrán requisitos más estrictos en materia de investigación, para asegurar un compromiso real con la generación de conocimiento.
En tercer lugar, el Ejecutivo propondrá que las universidades online se consideren de ámbito nacional, porque su radio de actuación académica es en la práctica todo el Estado. «Por ello, solo podrán ser autorizadas con la aprobación de las Cortes Generales, para reforzar la supervisión y garantizar su calidad académica en beneficio de los estudiantes de todo el territorio», señaló.
Hay que recordar que en el caso de Asturias habrá tramitaciones diferentes. Por un lado el del proyecto de la Universidad Europea y, por el otro, los de la Antonio Nebrija y Alfonso X, ya que se trata de centros adscritos a sus sedes centrales, que no están en Asturias.
Sea como fuere, Sánchez fue especialmente crítico con la situación de las privadas en general, y en particular con lo que está ocurriendo en la Comunidad de Madrid. «Sé que debemos hacer mucho más para proteger y fortalecer nuestro sistema universitario. Todas las administraciones con competencias en este ámbito lo deberían hacer. Pero ante la inacción de unos o la gestión irresponsable o deliberada de otros, no les quepa la menor duda de que el Gobierno actuará».
«Mientras se ahoga a las universidades públicas, se extiende una alfombra roja a la creación de nuevos centros para hacer caja convertidos en 'chiringuitos educativos', lo que desprestigia también a las magníficas universidades privadas que tenemos y que son una referencia internacional». «La universidad no puede ser una fábrica de títulos sin garantías», añadió.
Rectores de universidades públicas, especialmente aquellos que se mantenían 'libres' de la competencia con las privadas (como era el caso de Asturias hasta ahora) se habían mostrado críticos y preocupados por la situación. Cuentan, es evidente, con el apoyo del Gobierno: «Apoyamos a la universidad pública con la misma convicción con la que queremos combatir el avance de centros privados que priman sin rigor y sin escrúpulos el negocio sobre la calidad. Esos chiringuitos que no cubren el nivel que cabe exigir a nuestra educación superior. Vamos a perseguir las prácticas que atenten contra el prestigio de nuestras universidades tanto públicas como privadas para que cumplan con nuestros estándares de calidad».
El rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, hizo ayer una valoración «muy positiva» del anuncio. A la espera de que se concreten las medidas, considera necesaria un mayor control ante la «proliferación exponencial de universidades privadas que no todas tienen los estándares de calidad» deseados y que, insistió, sí se exigen a las universidades públicas.
«Somos una institución avanzada y con una posición sólida ante la llegada de iniciativas empresariales que desean implantar universidades privadas en Asturias u ofrecer estudios universitarios en centros adscritos». El Consejo de Gobierno de la Universidad de Oviedo aprobó ayer por unanimidad una declaración institucional en apoyo a la institución pública, que parte de la base, como siempre ha defendido el rector Ignacio Villaverde, de no temer a la competencia privada y enfrentar a eso los «400 años de historia».
En un largo documento, el gobierno universitario se muestra convencido de que «el Gobierno del Principado velará por la calidad de las distintas ofertas y por el escrupuloso respeto por el procedimiento establecido para su implantación. No nos cabe duda de que asegurará a los asturianos que así será, y que cualquier legítima iniciativa privada en este ámbito atenderá a los más altos estándares de calidad académicos exigibles, y que se nos exigen a las universidades públicas. Se lo debemos a Asturias y estamos seguros de que así será».
Sabe el equipo rectoral, en cualquier caso, que hay voces en contra de su postura. «Dirán que defendemos un indefendible monopolio público de la educación universitaria en Asturias, que queremos ser los únicos destinatarios de los recursos públicos, que tratamos de evitar la competencia y que no queremos despertar de nuestra autocomplacencia y de nuestra pereza e inercias. Que nadie se equivoque. Las universidades públicas ni somos autocomplacientes ni estamos confortablemente adormiladas en la inercia. Cada día para nosotros es un nuevo reto que asumimos con rigor y criterios, y ahí están los resultados para quien los quiera ver».
«La Universidad de Oviedo solo pide respeto y reconocimiento, que nos doten de los instrumentos y medios que nos permita seguir garantizando la alta calidad de nuestra formación y la generación del mejor conocimiento», concluye la declaración institucional, uno de los puntos más esperados de un Consejo de Gobierno en el que se aprobaron otras cuestiones muy importantes, como la oferta de microcredenciales, formaciones, de corta duración que acreditan el aprendizaje de competencias, conocimientos o habilidades específicas. El próximo curso se ofrecerán 15 títulos en ámbitos diversos como la salud, las finanzas, la tecnología, la educación o el derecho.
Además, se dio la primera lectura del plan de choque contra la burocracia; se aprobaron los nuevos dobles grados de Educación Infantil y Educación Primaria; una convocatoria de 225.000 euros de ayudas a grupos de investigación; nuevas medidas para la defensa de la igualdad y los destinatarios de las insignias de oro de la Universidad.
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