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E. PANEQUE
GIJÓN.
Miércoles, 26 de enero 2022, 03:46
El día después de que las negociaciones para reformar el Estatuto de Autonomía se hayan dado por rotas, los hay que lo celebran y los hay que asisten a este epílogo lamentando el desenlace y señalando a los culpables del mismo. Es el caso del ... Gobierno, que ayer se pronunció por boca de su consejera de Cultura y Política Llingüística, Berta Piñán. «Se ha constatado que hay tres partidos de izquierda -PSOE, Podemos e IU que sí apuestan claramente por la oficialidad, y que Foro no lo hace».
A pesar de que es la titular de la cartera a la que se presupone la definición del modelo lingüístico para la región, Piñán ha estado bastante de perfil durante estas negociaciones. Pregunta por ella en comparencias parlamentarias, instó a la Junta, como depositaria del poder legislativo, de ser quienes se encargasen de definirlo. Ayer tampoco quiso profundizar mucho, y tras decir que unos partidos están por la oficialidad y otros no, defendió que «es legítimo que un partido no lo esté», y concluyó: «Mucho más no hay que decir», zanjando el tema.
Pero ayer, les tocaba hablar a los que se autodescartaron de las negociaciones. Unos, PP y Ciudadanos, porque ya dijeron tras la ronda inicial a mitad de septiembre, que no seguirían en las conversaciones mientras la oficialidad del asturiano fuera una línea roja. Otro, Vox, no fue invitado a formar parte, dijo el Gobierno, entre otros argumentos, porque es una formación que niega la mayor, la propia existencia de las autonomías.
El Partido Popular no las tuvo todas consigo ayer para celebrar que la reforma haya descarrilado porque, como dijo su portavoz adjunto, Pablo González, «hasta el rabo, todo es toro». No obstante, subrayó ayer que «aquello que nace sin consenso nace muerto». Los populares acusaron al Gobierno regional de haber actuado con esta reforma «dividiendo y segmentando en vez de unir». Tampoco gustó a los populares lo que califican de un proceso que ha consistido en «el cuchichear por los pasillos». El PP había reconocido en septiembre que la reforma del Estatuto era necesaria para actualizar la norma y trasladó su disposición para acordarla porque, dijeron entonces, compartían buena parte de las intenciones del Ejecutivo. Menos una, que fue la que les sacó de la negociación: la oficialidad, de la que han dicho que «nunca» tendrá el apoyo del PP.
Desde Ciudadanos, la portavoz parlamentaria, Susana Fernández, ha dicho que la ruptura de las negociaciones «es una muy buena noticia para la inmensa mayoría de los asturianos, a quienes la izquierda estaba despreciando con tal de imponer su fundamentalismo ideológico». También con cautela sobre si será un «fracaso definitivo», la portavoz de Ciudadanos recuerda que «la mayoría de los grupos estamos de acuerdo en afrontar una reforma estatutaria seria, constructiva, sin condiciones ni imposiciones y, desde luego, que no sirva para regalarle una comunidad de hablantes a la normalización inventada de una lengua».
El análisis de partida de Ciudadanos coincide con el de Vox, que dicen que «nos alegra que no salga adelante pues es lo que quiere la mayoría de los ciudadanos». El portavoz parlamentario, Ignacio Blanco, presume de que su formación ha contribuido a que no haya acuerdo, «al sacar del parlamento a la calle este debate». Según el análisis de Blanco, la oficialidad del asturiano «no la quiere la inmensa mayoría del PSOE, tampoco la quieren la inmensa mayoría de votantes de Foro, como tampoco lo quiere la inmensa mayoría de votantes de Podemos e IU, cuyos dirigentes cada vez se alejan más de los deseos de sus votantes».
Si algo quisieron dejar claro los interlocutores en esta reforma es que el descarrilamiento será culpa de Foro por haber mezclado asuntos en la mesa, la fiscalidad con los propiamente estatutarios. Y, en ese argumento que fue el defendido por PSOE, Podemos e IU, también se encontraron ayer el sindicato CC OO y el educativo Suatea. El secretario general de CC OO, José Manuel Zapico, señaló ayer que «Asturias no es más, pero no puede ser menos, y el Estatuto es un instrumento para avanzar y organizar la vida política e institucional en beneficio de nuestra comunidad». Zapico dijo que «sería muy triste negarles más derechos a Asturias, impedirle su avance y que se reconozca su llingua». A juicio del líder sindical, «si Foro persiste en su actitud, corre el riesgo de caer en la irrelevancia, porque tiene la ocasión de desmarcarse de quienes se resisten a progresar, y se sumaría al inmovilismo».
El sindicato educativo Suatea también se mostró especialmente molesto con la actitud de Foro al que acusó de «falta de talante negociador» y dice que su postura «no es ni sincera ni comprometida con los derechos lingüísticos de los asturianos. Parece más bien que quieren una oficialidad que imite a la ineficaz Ley de Uso, ahora también defendida por PP y Ciudadanos como mal menor», expuso Suatea ayer.
Este sindicato criticó el lema 'Centrados en Asturias' que utiliza Foro, cuando «con su forma de actuar, es decir, con los hechos, no demuestra congruencia con ninguna de las dos pretendidas etiquetas, de centro político y de asturianía».
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