MARCO MENÉNDEZ
GIJÓN.
Martes, 2 de agosto 2022, 00:50
La Policía Nacional está investigando el caso de un presunto intento de sumisión química registrado a primeras horas del domingo en las fiestas de Montevil. Fue una menor de 13 años la que sintió un pinchazo en una pierna cuando, en torno a ... la una de la madrugada, iba en compañía de unas amigas y unos metros más alejados se encontraban sus padres. Los progenitores dieron aviso a la Policía, cuyos agentes fueron los primeros en asistir a la niña. A continuación, fue trasladada al Hospital de Cabueñes, donde dio positivo en una sustancia estupefaciente. Según parece se trata de éxtasis líquido o GHB. Los padres presentaron la correspondiente denuncia en la Comisaría de Policía.
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Los agentes han iniciado la investigación, pero desde la Asociación de Vecinos El Roble, de Montevil, su directivo Raúl Cachero indicó que «nadie nos ha dicho nada oficialmente», más allá de algún mensaje recibido el propio domingo. «Es raro, porque en torno a la una y media de la madrugada había tres o cuatro coches de la Policía en la carretera Carbonera. Me identifiqué ante los agentes por si había habido algún problema en la fiesta y me dijeron que no había pasado nada», apuntó Cachero. El caso es que ni las seis personas de seguridad de la fiesta ni el responsable de la barraca tenía ningún conocimiento de lo que había pasado. Raúl Cachero indicó que «ojalá nunca más pasen estas cosas. Desde la asociación de vecinos denunciamos estos hechos».
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Julio Bobes, presidente de la Real Academia de Medicina de Asturias, duda de que se pueda manejar la voluntad ajena mediante este sistema. «Desde el punto de vista sanitario, no sabemos que haya existido nadie que lo haya hecho», explicó. Aseguró que «no existe procedimiento para hacerlo sin que la otra persona se entere». Eso sí, asegura que para que una sustancia haga un efecto inmediato se ha de administrar por vía intravenosa y no mediante un pinchazo.
El método de inyectar esta sustancia se detectó, antes de la pandemia, en Francia, de donde pasó al Reino Unido. Últimamente está presente en España, por lo que se asocia al turismo. Jessica Castaño, de la Plataforma Feminista, tenía claro que «tarde o temprano iba a llegar aquí». Asegura que «llama la atención el caso de Montevil porque se trata de una niña de 13 años». Aunque considera fundamentales los puntos lila de información, hace falta una campaña transversal a más largo plazo para sensibilizar a la ciudadanía. Eso sí, tiene claro que «las mujeres tenemos que estar alerta, pero no me gusta asustar a la gente. Es una manera nueva que hay y debemos tener más cuidado. Pero Gijón es una ciudad bastante tranquila».
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