Gijón registra 14,4 litros por metro cuadrado en diez minutos

Asturias llevaba dos días con avisos amarillos por lluvias debido a la entrada de una borrasca por el Atlántico. Sin embargo, al entrar por el suroeste y haber viento de componente sur, el efecto 'barrera' de la cordillera cantábrica se dejó notar y las precipitaciones lunes y martes no fueron tan intensas como en otros puntos de la península ibérica, como Andalucía occidental, Extremadura, Galicia o el centro del país. Ahora bien, para este miércoles había avisos amarillos por precipitaciones acumuladas en una hora y en doce horas de mayor intensidad. Y se han cumplido.

En Gijón, se esperaba que pudieran caer 20 litros por metro cuadrado en una hora y 60, en doce horas. Según los registros de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), hasta las dos de la tarde, la estación de Gijón-campus ha contabilizado 47,6 litros por metro cuadrado, el mayor dato de toda Asturias, seguida de la del aeropuerto, con 37,2; Camuño (en Salas), con 33,8; Oneta, en Villayón, con 26 y Colunga, con 25,2. Pero hay estadísticas aún más llamativas. Si se atiende a la precipitación caída en una hora, Gijón-campus contabilizó 40,2 litros por metro cuadrado, lluvias «muy fuertes», según la Aemet, y en diez minutos, 14,4 litros por metro cuadrado en el mismo punto, consideradas «torrenciales».

El causante de las abundantes precipitaciones en un mismo lugar es el frente ocluido de esta borrasca, según explica el delegado territorial de la Aemet en el Principado, Ángel Gómez. Las borrascas se forman en una zona con gran diferencia de temperatura. El frente frío, que se mueve más rápido, acaba alcanzando al frente cálido, formando un frente ocluido. El aire cálido, menos denso, va ascendiendo sobre el aire frío. Uno se va moviendo detrás del otro y la línea que separa a ambos es lo que se denomina frente ocluido.

«Este frente ocluido está sobre Asturias, avanza muy despacio y permanece mucho tiempo sobre los mismos lugares, dando lugar a precipitaciones acumuladas importantes», añade Gómez. «Habitualmente, las borrascas entran por el oeste y noroeste, y se desplazan muy rápidamente, por lo que la precipitación se reparte por una amplia región espacial». Uno de los datos significativos de este frente ocluido es que ha demostrado, además, ser «desigual a pocos kilómetros de distancia», pues en la estación de Gijón-El Musel solo se recogieron hasta las dos de la tarde 13,4 litros por metro cuadrado. Esto es, 3,5 veces menos que en el campus.

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