Los ganaderos toman Madrid por menos burocracia y precios justos por su trabajo

El motivo fundamental de la protesta es el que viene siendo en las últimas semanas en todas ellas: el exceso de burocratización de las tareas agroganaderas que impone la UE y la reclamación al Gobierno de España de que la Ley de la Cadena Alimentaria sea algo más que un papel oficial, y que cuente en su aplicación con más implicación directa de la Administración para impedir que la gran distribución obligue a los agricultores y ganaderos a venderles sus productos por debajo del coste de producción o con un margen de beneficio tan ínfimo que no les permita vivir dignamente de su trabajo.

El campo está muy molesto, además, por la entrada de productos del extranjero y los posibles acuerdos mercantiles con países en los que ni se exige a los productores las mismas garantías sanitarias que marca la UE para sus propios ganaderos y agricultores, ni los trabajadores de esos países, en los que proliferan macrogranjas y explotaciones agrarias industriales sin garantías medioambientales, tienen los mismos derechos sociales que en Europa. La protesta de ayer se tornó muy tensa por momentos, al punto de que la Policía llegó a intervenir. Hubo algunos heridos y al menos 51 detenidos.

Luis Cortés, coordinador nacional de Unión de Uniones, pidió al Gobierno «simplificar» los procedimientos administrativos y proteger a los agricultores, muchos de quienes deben «vender a pérdidas». Hace falta un mejor «control de importaciones», dijo el líder sindical, que cuestionó la competencia desleal que generan los productos importados de países no europeos, que deberían estar sujetos a «las mismas condiciones con las que (...) obligan a producir a los agricultores españoles».

El líder asturiano de USAGA, Fernando Marrón, destacó que «se ha dado un puñetazo encima de la mesa» y advirtió de que «estas políticas nos llevan al desastre. Estamos hartos de que se nos hable de reto demográfico y de matorralización y a la vez se nos impida vivir de nuestro trabajo. Sin nosotros el campo se queda vacío y preparado para macroincendios», y propuso «que si no hay solución pronto, bloqueemos los centros logísticos de la gran distribución, para que España vea lo que puede suponer quedarse sin alimentos».

Desde URA, Borja Fernández habló en positivo: «Esta manifestación ha sido la más grande que he visto en todos mis años de vida. El sector está volcado».

El ministro de Agricultura, Luis Planas, garantizó en un comunicado «la firme implicación del Gobierno en dar respuesta a las preocupaciones de agricultores y ganaderos», recordando que la semana pasada presentó un paquete de medidas de apoyo al sector tras una reunión con los sindicatos. El ministro se comprometió de nuevo a defender el lunes en Bruselas el establecimiento de «cláusulas espejo», un mecanismo que obliga a los productos importados a respetar las mismas normas que se exigen a los agricultores europeos.