Sanz y Merchán, en la presentación del último libro de este. J. SIMAL

Gabino Díaz Merchán cumple 95 años rodeado de muestras de cariño y «con buena cabeza»

El que fuera arzobispo de Oviedo de 1969 a 2002, que vive en la casa sacerdotal de Oviedo, recibió ayer al titular de la diócesis, Jesús Sanz

O. VILLA

OVIEDO.

Sábado, 27 de febrero 2021, 01:25

Es una figura irreemplazable en la Iglesia y en la sociedad asturiana. Gabino Díaz Merchán, que rigió los destinos de la comunidad católica asturiana entre 1969 y su retiro, en 2002, cumplió ayer 95 años, rodeado de abundantes muestras de cariño y «con buena ... cabeza, aunque está muy sordo, muy delgadín y se tiene que mover en silla de ruedas», comentó ayer el rector de la Casa Sacerdotal de Oviedo, José Antonio García Montoto, que anotó que «sigue rezando por todos, por sus amigos y viendo por la tele al Real Madrid».

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Su día fue ayer un poco especial por las muchas felicitaciones, por una llamada con su cuñado Luis desde Toledo, «en la que tuve que hacer de intérprete, porque apenas oye», indicó Montoto, y por la visita vespertina del actual titular de la Diócesis de Oviedo, Jesús Sanz Montes, con el que compartió un buen rato de conversación, tal vez recordando su último acto público, la presentación de su libro de memorias, 'Evangelizar en un mundo nuevo', el 29 de noviembre de 2017, en el que ambos prelados coincidieron.

Díaz Merchán, uno de los pocos obispos que quedan de los que asistieron al Concilio Vaticano II, ha sido una figura muy preeminente en la Iglesia española, llegando a presidir la Conferencia Episcopal entre 1981 y 1989. Su talante le hizo especialmente adecuado para esa tarea en los años en los que el proceso de transición política acababa y se consolidaba. En Asturias también dio grandes muestras de su saber hacer como mediador en asuntos que en ocasiones trascendían al ámbito religioso. De hecho, cuando en 2001 el Gobierno del Principado le concedió el título de Hijo Adoptivo de Asturias, el Ejecutivo sustentó la distinción en «su labor pastoral se ha distinguido por su talante conciliador, su constante preocupación por cuantos problemas afectan a la compleja sociedad asturiana actual y por la defensa de los derechos humanos y las libertades». Es también hijo adoptivo de Oviedo, cuyo Ayuntamiento le concedió la medalla de oro y bautizó con su nombre la plaza ubicada ante la iglesia de San Melchor, en La Florida.

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