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MARIO ÁLVAREZ
GIJÓN.
Miércoles, 3 de agosto 2022, 01:06
El fuego ha arrasado más superficie en lo que llevamos de año que en todo 2021. Hasta julio, 10.353 hectáreas en Asturias han sido ... pasto de las llamas. El año pasado cerró con un total de 7.474 hectáreas afectadas y en 2020 apenas se superaron las 8.000. Es cierto, que el año pasado fue especialmente bueno. Las altas temperaturas se reservaron para ocasiones puntuales y eso se tradujo en que la superficie quemada representara un 9,4% menos que en 2020. Además, se contabilizaron hasta 384 incendios forestales más que ese año. Sin embargo, los datos de 2020 tampoco eran tan malos en comparación con los actuales. Por aquel entonces, se llegaron a registrar menos incendios. En concreto, hubo una diferencia de 384 respecto al ejercicio anterior, pero el fuego arrasó más hectáreas porque la superficie quemada media por cada incendio subió de 4,83 a 7,08 hectáreas.
En cualquier caso, todas esas cifras están muy lejos de las registradas en lo que llevamos del presente año. Habría que remontarse a 2017, cuando se quemaron 28.182 hectáreas. Récord histórico. Las más de 10.000 hectáreas que han ardido en la primera mitad del año invitan a pensar que ese dato pueda empeorar al cierre del ejercicio.
Esto ha hecho que la preocupación por el aumento de incendios forestales se haya disparado y que la sociedad busque una respuesta que solo tienen los expertos. «Las causas principales son el calor y la falta de cuidados durante el invierno. Es evidente que algunos son provocados, pero el número de pirómanos no varía de un año para otro y, sin embargo, observamos grandes contrastes en la serie histórica», explica Asunción Cámara, profesora de Selvicultura, asignatura del Grado de Ingeniería Forestal y Medio Natural en la Escuela Politécnica de Mieres.
El Gobierno de España aprobó el pasado lunes la nueva estrategia para luchar contra los incendios forestales. Entre otros aspectos, abliga a las comunidades, que son las que tienen la competencia en estas áreas, en diseñar y financiar dispositivos de prevención que duren los doce meses del año y que no se limiten al periodo estival. A través de este decreto, se pretende hacer frente a una situación dramática, ya que, al elevado número de incendios forestales, se añade el hecho de que presentan una virulencia inhabitual. «Tanto es así, que las labores de extinción son ineficaces para frenar el fuego. Es más, los trajes de bombero ni tan siquiera están preparados para aguantar esas temperaturas», señaló Asunción Cámara. De hecho, la acción de los bomberos es ineficaz y solo se puede esperar a que la meteorología acompañe y llegue la lluvia, siendo esta última muy poco frecuente durante el verano.
Asturias ha conseguido regatear la actual ola de calor que asola a gran parte del país y que ha vuelto a situar los termómetros por encima de los cuarenta grados. En el norte, no obstante, se siguen, manteniendo valores más altos al promedio y, además, en julio, se alcanzaron máximas históricas. El cambio climático y la falta de mantenimiento y limpieza en los montes tienen una clara influencia en la mayor virulencia de los incendios, siendo la mayor parte de ellos provocados.
España tiene un millón de hectáreas más de masa forestal que hace 35 años -el 51% de su superficie ya es monte- y, de forma paralela, la despoblación rural ha crecido de forma exponencial durante todo ese tiempo. De hecho, solo el 5% del total de los asturianos viven en la zona rural. «Aquí es donde está el verdadero drama y, si no actuamos, tendremos veranos tan catastróficos como este de forma continuada», señaló la profesora de Selvicultura.
Mientras, el Principado estudia el decreto del Gobierno de España que obliga a las comunidades a tener aprobados sus planes anuales contraincendios antes de que concluya octubre. Estos planes, tal y como publicó ayer EL COMERCIO, deberán trabajar en tres ejes: prevención, extinción y restauración de las masas forestales. Además, deberán comprender el total de la región y no solo las zonas más vulnerables. En cualquier caso, los expertos mantienen que esta nueva estrategia no comenzaría a dar resultados palpables hasta 2024 y, apenas se notarían en 2023.
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