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CECILIA PÉREZ
Martes, 5 de junio 2018, 14:03
La tercera sesión por el juicio del asesinato de la joven ovetense Karla Pérez, cuyo cadáver apareción en una playa de Melilla tras ser estrangulada presuntamente por su expareja, ha dado un giro inesperado en este proceso judicial. La joven estaba viva cuando el procesado ... abandonó su cuerpo en las casetas militares de la playa de La Hípica, en Melilla, el 10 de julio de 2016.
La prueba contundente la propiciaron los médicos forenses que declararon esta mañana en la Sección Terecera de la Audiencia Provincial. «Murió entre las siete y las ocho de la mañana», respondieron los forenses a la pregunta del abogado del acusado sobre a qué hora se situó el fallecimiento de la joven.
Esta información es clave porque las cámaras del lugar donde ocurrieron los hechos recogen como Karla Pérez, el acusado y el hijo de ambos, de tan solo diez meses, llegan al lugar donde suceden los hechos a las 02.31 de la madrugada y como el procesado lo abandona junto al bebé y su carrito a las 05.38 de la madrugada. Según estas pruebas, Karla Pérez no murió en el acto. Esta información fue corroborada por el visionado de las imágenes en la Sala del Tribunal, eso sí, con grandes dificultades técnicas, y también por los agentes de la Guardia Civil de Melilla que testificaron el martes. Y este punto fue recogido por las conclusiones de la Defensa que modificó uno de los puntos de su escrito incluyendo que la joven «estaba viva», argumentándolo en la declaración de los médicos forenses y de las imágenes de vídeo.
Los forenses determinaron que la causa de la muerte de la joven fue por estrangulamiento, en concreto, muerte por constricción lo que le produjo una «muerte violenta homicida». Lo que no pudieron determinar es si el acto de produjo por la espalda, como refleja el escrito del Ministerio Fiscal. «Es difcil determinar pero si hubiese sido así no dejaría tanta lesión», explicó la médico forense. El cuerpo de la joven presentaba signos externos e internos de estrangulamiento. Desde las «petequias» en cuello y ojos a arañazos producidos por ella misma al intentar zafarse de su agresor. Pero los más relevantes fueron los daños internos. La autopsia reveló una hemorragia en la musculatura del cuello debido a «una constricción intensa y fuerte» que le produjo una ausencia de oxígeno «irreversible». Los forenses explicaron que «no había lesión posterior » en la zona del cuello y que por lo tanto el «mecanismo más compatible es estrangulamiento a mano» par añadir a renglón seguido que «con la mano es difícil estrangular por la espalda. «La teoría más probable es que no fuese de espaldas».
Fallos técnicos
La tercera jornada del juicio por el asesinato de Karla Pérez también dejó una imagen que nada tiene que ver con este proceso judicial pero que sí reflejó la falta de medios y de personal en la administración de Justicia asturiana. El juicio se tuvo que suspender dos veces debido a que el reproductor de video instalado en la sala no funcionó.
Hoy estaba previsto el visionado de las imágenes en las que se ve la llegada de la víctima, su presunto agresor y el hijo de ambos al lugar donde sucedieron los hechos y la salida del mismo del presunto agresor sin Karla y con el bebé. Se vieron, sí, pero no en las condiciones óptimas hasta el punto de que el propio juez, Javier Domínguez Begega, se lamentó e hizo visible su molestia ante la falta de medios. «En el Palacio de Justicia no hay técnico que lo arregle», aseveró.
Hasta en cuatro ocasiones se tuvo que llamar al técnico informático del Principado de Asturias pero la solución fue más casera. Un agente de la Policía Judicial subió a la sala de vistas la torre del ordenador de su propia oficina. La escena no pudo ser más rocambolesca.
Para poder visionar las imágenes el Fiscal, la abogada del Estado, las acusaciones y la defensa y los nueve miembros del jurado más sus dos suplentes tuvieron que colocarse tras la mesa del Tribunal para poder contemplarlas en la pantalla de un ordenador ante la imposibilidad de conectar con la pantalla de visionado. Tras visinar los fotogramas, el propio Magistrado pidió perdón. «Como nadie se va a disculpar por esta situación me disculpo yo».
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