«Asturias ya no es solo un foco industrial, también de innovación y turismo»

Fue el arranque de una Fidma como las de antes -con «casi 3.000 trabajadores en su montaje y demontaje» que a esa hora trasladaban colchones, taladraban paneles y colocaban césped artificial-, que «demuestra que Asturias tiene la potencialidad no solo de poder mostrarse como ese nodo industrial que siempre ha sido, sino también como el foco de innovación y de turismo en el que se ha convertido esta tierra».

Ese fue básicamente el mensaje que vino a trasladar tras recorrer la exposición institucional, que conjuga la sidra y la llegada del AVE a la región. Una muestra donde se fotografió con el cazaautógrafos Ánder Azcárate, presumió de sus dotes jugando al tute, se puso tras la barra de un chigre-tienda junto a Barbón y solo encontró una pega: «¡Pero si nos han puesto las botellas de sidra vacías!».

Porque si algo quedó claro en su segunda visita como titular de Educación a Asturias -la primera fue a la Laboral- es que Alegría venía a insuflarnos su intención de verlas todas medio llenas y las ganas de «modernizar y transformar el tejido productivo en un momento trascendental» pese a la que está cayendo. No hay más que «recordar que venimos de una pandemia muy difícil, y ahora con una guerra en las puertas de Europa y con unas olas de calor extremas».

Pero «hay que seguir trabajando en ese proceso de transformación y de modernización de nuestro país. Porque, a pesar de las dificultades que estamos viviendo, hay datos muy importantes que nos hacen mirar el futuro con posibilidades y, sobre todo, con esperanza», arengó.

Y, como una alumna aplicadísima, tiró de cifras: «Hace unos días conocíamos los datos de la Encuesta de Población Activa, que nos dice que, en estos momentos, hay casi veinte millones y medio de personas ocupadas en nuestro país y que, además, uno de cada dos empleos que se están generando son empleos indefinidos. Y, sobre todo, estamos viendo que desde el año 2008 no teníamos unas tasas de desempleo tan bajas. Nunca habíamos bajado de los tres millones. Otro dato es que el desempleo juvenil está en mínimos de la serie histórica. Y otro de los aspectos positivos que estamos pudiendo comprobar desde el arranque de la pandemia es cómo las empresas se están reindustrializando, sobre todo para ser autónomas en los sectores más críticos».

Un objetivo en el que «será fundamental la Formación Profesional. Y, por eso, a lo largo de este periodo hemos puesto en marcha en toda España más de 130.000 nuevas plazas. Aquí en Asturias estamos hablando de casi 2.300 creadas estos dos años académicos». Todo, con un nuevo marco legal, «un proyecto de país para crear nuevos perfiles que nos está demandando el tejido productivo».

En ese punto, recordó que «la nueva ley nació de ese consenso entre todos los grupos políticos a excepción del PP, pero también de los agentes económicos y sociales». Artillería socialista como la que utilizó a la hora de defender el plan de ahorro energético puesto en marcha por el Gobierno Sánchez y cargar contra Ayuso y Feijóo.

«Estamos hablando de un ejercicio de compromiso y de solidaridad en el que estamos implicados los 27 países de la UE. Por lo tanto, no vamos a consentir que ninguna comunidad quiera romper esa unidad que estamos demostrando frente a la actitud que está adoptando Putin a través de esta crisis energética».

Y fue más aún allá: «Ursula von der Leyen, líder del Partido Popular Europeo, el otro día, nos trasladaba claramente que tenemos que estar preparados para cualquier escenario y eso es lo que estamos haciendo: mostrarnos como un país serio y solidario. De lo que se trata aquí es de que Feijóo salga de su escondite y nos diga claramente si apoya la solidaridad en la que estamos incluidos todos los países europeos o si apoya las palabras de disidencia de la señora Ayuso. Estamos ante una situación grave y aquí no cabe ponerse de perfil. O se está con Europa, con la solidaridad, o se está con esa disidencia».

Un alegato en el que pidió la palabra Barbón, que apeló «a la responsabilidad y a que nos dejemos de politiquería barata»: «Esto me lo tomo como algo casi personal, porque nuestro sector industrial es altamente consumidor de energía y lo que nos estamos jugando es si tomamos medidas para garantizar el ahorro y que en otoño e invierno pueda funcionar con normalidad nuestra industria y que podamos tener una vida normal, que no haya despidos, que nuestros centros de salud, nuestros hospitales y nuestros colegios tengan abastecimiento, o si lo que hacemos es ser todos unos irresponsables y llegar al otoño-invierno poniendo en riesgo todo eso».

Fue la única nota discordante de una inauguración en la que el presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, Félix Baragaño, habló de una Fidma llamada a «dinamizar la economía de Asturias en un contexto complejo»; la alcaldesa, Ana González, instó a «recuperar plenamente la feria y el Gijón que soñamos»; la ministra ratificó «el compromiso del Gobierno con la apertura de la alta velocidad en 2023» y Barbón presumió de una Asturias convertida en «refugio climático para el turismo» ante un auditorio en el que pocos prescindieron de la corbata. Alegría.