Feijóo pone como ejemplo de «unidad de España» a Moreno Bonilla en Oviedo

Esto dio pie a un acto que se ha celebrado esta mañana en un céntrico hotel de Oviedo, y también a un discurso de Feijóo en torno a la unidad de España y la igualdad entre las comunidades autónomas, no exento tampoco de algún mensaje a nivel interno del partido.

En un salón de actos con presencia tanto de cargos orgánicos e institucionales del partido como de una nutrida representación empresarial asturiana, Feijóo expresó que «nombrar socio de honor de una asociación de gallegos en Asturias es una gran idea que sólo se le podía ocurrir a un gallego inteligente». Manuel Quevedo sonreía en primera fila, junto a Moreno Bonilla. «Porque unir a las comunidades autónomas en una España vertebrada es una gran idea, y vertebrarlas desde la sociedad civil es una doble gran idea».

El discurso derivó hacia una calculada ambigüedad, cada vez menos ambigüa y más política, con numerosas alusiones a la situación generada con la financiación autonómica y las concesiones del Gobierno central a la Generalitat catalana. «A España le iría mucho mejor con los valores de la Asociación del Día de Galicia en Asturias que con los del Gobierno central», indicó ya con mucha claridad un Feijóo que se puso a sí mismo como ejemplo de cómo se debe gobernar: «Durante los catorce años que estuve al frente del Gobierno de Galicia, jamás pensé que si a Asturias se iba mal a nosotros nos iría mejor», porque «el Estado autonómico es garantía de diversidad, pero como fuente de igualdad entre las comunidades autónomas».

Siempre desde un canto a esa diversidad desde la igualdad de derechos y obligaciones, Feijóo postuló que Moreno Bonilla «es amigo de Galicia y, desde hoy, tiene un compromiso especial con Asturias». En ese sentido, postuló que el presidente andaluz es uno de los que están trabajando por esa igualdad entre comunidades y esa unidad de España, porque «no tendría sentido sembrar discordia entre las comunidades autónomas a cambio de réditos electorales, igual que no se puede crear artificialmente comunidades autónomas de primera y de segunda».

Así, puso de ejemplo a seguir a Moreno Bonilla, quien «defiende a Andalucía sin perjudicar a nadie, con compromiso con el resto de España», y sobre su ejecutoria al frente del Gobierno andaluz indicó que «me enorgullece la historia de progreso real que está experimentando Andalucía, que hoy lidera el crecimiento económico y la captación de inversión extranjera en España. No es un milagro, sino un cambio de valores y comportamiento. El cambio no sólo es el de que saliese el PSOE y entrase el PP, sino el de la resignación por la ambición, el estancamiento por la reforma constante, la demagogia por la serenidad y las corruptelas por la honestidad».

De menos a más, el discurso de Feijóo terminó subrayando de nuevo que «Juan Manuel representa el cambio y la honestidad, para poder confiar en un futuro mejor. El 70% de los españoles viven en comunidades gobernadas por un partido diferente a los del Gobierno central, y saben lo que quieren». Y lo que quiere el presidente del PP nacional es «que España deje de ser noticia por la corrupción y la hipocresía».

Por su parte, Juan Manuel Moreno Bonilla, en una intervención breve y muy aplaudida por su tono amable y distendido, destacó que «los 25.000 andaluces que viven en Asturias y Galicia, y los 30.000 asturianos y gallegos que viven en Andalucía son el testimonio de amistad entre los territorios y un ejemplo de convivencia. Compartimos el sentimiento común de ser españoles», con una invitación adicional a «ser optimistas con rigor, como somos los andaluces, porque con constancia y sacrificio, lo mejor está por llegar. Y Alberto Núñez Feijóo tiene mucho que ver con esa esperanza».

El acto, que concluyó con un vino español con «empanada que acaba de llegar de Galicia a las seis de la mañana», como indicó Manuel Quevedo, dio para una animada charla que se prolongó hasta pasado el mediodía. Entre otros aspectos, hubo un corrillo en el que el expresidente del PP asturiano Isidro Fernández Rozada compartió con Manuel Quevedo y con el propio Juan Manuel Moreno Bonilla «la idea de que se cree una Asociación de Andaluces en Asturias», bien recibida por ambos, porque «a Asturias llegaron hace décadas muchos más andaluces que de otras regiones, y la mayoría de ellos, ya jubilados, aquí siguen». Un ejemplo más de convivencia.