«Muchas familias han tenido que elegir en la pandemia entre comer o pagar el alquiler»

«Hablar del Colegio de Trabajo Social es hablar de un equipo volcado por completo en las personas». Con estas amables palabras se refirió ayer la consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Melania Álvarez, a las más de mil profesionales asturianas que durante los meses más duros de pandemia redoblaron sus esfuerzos para seguir ayudando a los más vulnerables.

Lo hizo durante un acto organizado por el Colegio Oficial de Trabajo Social en colaboración con el Principado para rendir homenaje a esta profesión «comprometida con los otros». Las protagonistas del encuentro fueron precisamente las trabajadoras del sector, que intercambiaron experiencias vividas a lo largo de estos últimos dos años.

Si en algo coincidieron todas ellas fue en la importancia de que el tercer sector y la Administración pública unan esfuerzos. «La pandemia nos obligó a salir de nosotros mismos y trabajar en red para poder optimizar recursos», explicó Mayte Alonso, presidenta del Colegio Oficial de Trabajo Social.

Yobana Triguero, directora de la residencia de Lugones, mencionó «el horror vivido en los geriátricos blindados» y planteó la necesidad de abrir los centros a la comunidad.

ParaEsther García, trabajadora social en el Ayuntamiento de Tineo, los meses de pandemia también fueron duros. Su lucha se centró en combatir la soledad no elegida de los vecinos. «Para revertir el aislamiento del rural hacen falta más recursos», sentenció. Una falta de medios que también acusó Marta Sánchez, trabajadora social cuya labor en la pandemia consistió en brindar acompañamiento a familias durante el proceso de desahucio. «Muchas tuvieron que elegir entre comer o pagar el alquiler», aseguró esta profesional.

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