Una familia «conocida y muy querida» en Allande, rota por la desgracia

Tenía que haber sido un viaje agradable, con sus dos hijas, de Tarallé, en Allande, al centro de la región, pero acabó en desgracia. Ayer, la gran mayoría de los vecinos de los concejos Allande y Cangas del Narcea amanecieron con la noticia del fallecimiento en accidente de tráfico de Luscinda 'Lusci' Mon Uviaño, que a sus 59 años regentaba con su marido, Alfonso Álvarez, de 62, el Hotel Restaurante Casa Lozano, de la capital allandesa, popular centro no solo hotelero, sino de buena y reconocida restauración.

Ambos viajaban en la noche del sábado acompañados por sus dos hijas, Laura y Miriam Álvarez Mon, de 30 y 26 años, hacia el centro de la región, junto a un quinto familiar. La imprevisible caída de miles de rocas desde una gran altura al paso de la AS-15 por Soto de la Barca segó la vida de Luscinda Mon y dejó herido de gravedad a su marido, mientras que los otros tres ocupantes no sufrieron lesiones de consideración grave, si bien tuvieron que enfrentarse a un panorama estremecedor. Luscinda Mon había quedado atrapada en el coche, y fue necesaria la intervención de los equipos de excarcelación de los Bomberos, aunque no fue posible salvar su vida.

A Luscinda Mon y a Alfonso Álvarez los vecinos de ambos concejos los consideran «personas muy amables y muy trabajadoras, muy queridos en todo el entorno» y, gracias a su negocio hostelero son también «muy conocidos». Se da la circunstancia de que en el sorteo de Navidad de la Lotería Nacional de 2014, Alfonso y su hermano Melquiades repartieron un pellizco del segundo premio en el concejo, lo que incrementó, si cabe, su popularidad.

La vida de Luscinda y Alfonso transcurría entre Tarallé, en el sureste del concejo de Allande, y la propia capital. Su residencia estaba en el pequeño pueblo montañés, en el que Lusci Mon, además del negocio hostelero familiar, se dedicaba a la ganadería, con unas cuarenta vacas.

Por su parte, Alfonso se encontraba renqueante de las lesiones sufridas hace meses, cuando sufrió un accidente con el tractor de la explotación, que «cayó dando vueltas por una colina abajo. Salvó la vida de milagro», explica Jaime 'Chumes', panadero que recorre cada día el entorno de los valles limítrofes entre Allande y Cangas del Narcea en los que se encuentran Tarallé y Besullo.

Las hijas de la pareja, Laura y Miriam, viven ahora lejos de Tarallé. La mayor, Laura, de unos 30 años, trabaja como analista de datos para Zara. La pequeña, Miriam, de «unos 25», es ingeniera de telecomunicaciones y vive en Gijón.

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