«La única responsable es la mutua», dice la familia del chófer del accidente de Avilés

Sorprendidos y extrañados ante la nueva hipótesis que manejan los investigadores como causa del accidente de autobús acontecido en Avilés el pasado 3 de septiembre, la familia rechaza dar crédito a la posibilidad de que Omar L., el experimentado chófer al volante de el vehículo siniestrado, sufriese un ataque epiléptico segundos antes del choque.

Al contrario del que hasta el momento resulta el argumento más relevante de las pesquisas, los familiares del conductor no consideran que el hecho de que este hubiese estado un año de baja como consecuencia de «una enfermedad similar» sea suficiente indicio como para que esta hipótesis cobre fuerza. «Los médicos le dieron el alta hace tres años y después la mutua considero, tras examinar su estado, que estaba en perfectas condiciones para desempeñar su actividad como conductor de autobús», afirma su entorno, desde donde apuntan que, «en todo caso», la responsabilidad de lo ocurrido recaería en aquellos profesionales que, «aún siendo conocedores de su profesión», estimaron oportuna su reincorporación.

En caso de confirmarse esta última hipótesis, la exigencia legal de confidencialidad de los historiales médicos de los empleados eximiría de culpabilidad alguna a ALSA, la empresa que realizaba el servicio en aquel trayecto de Avilés a Gijón que terminó saldándose con cinco fallecidos y quince heridos.

«Pese a que nos cuesta entender cómo puede ser así, la realidad es que la ley prohíbe a la empresa acceder a estos historiales», afirmaba el entorno del conductor, que continúa con su recuperación en una clínica privada. «Un equipo de psicólogos le está contando poco a poco lo ocurrido, para intentar minimizar el impacto de las noticias», aluden.

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