«Hace falta liderazgo pedagógico en la consejería. No sabemos hacia dónde vamos con la LOMLOE»

Que hasta el momento haya 300 docentes que hayan recibido esa formación «es de risa», dice Marta Mori, «teniendo en cuenta los que somos». Se ha ido impartiendo formación a formadores para que ellos a su vez la trasladen a los profesores. «Pero esa formación en cascada corre el riesgo de que se parezca más a un teléfono roto», apunta Gonzalo Mutuberria. En este sentido, María Rodríguez especifica que estas primeras personas en recibir formación comentan que «un día les dicen que las cosas hay que hacerlas de una manera y al día siguiente viene otro ponente y sostiene lo contrario. Entonces, si a quienes están formando no saben qué hacer ni cómo...».

Insisten en que comparten que «hay que renovar ciertos aspectos de la educación» y, por eso, creen que «la LOMLOE incluye cuestiones muy positivas, como las metodologías colaborativas. En serio, es precioso, pero el papel todo lo aguanta, porque llevamos dos meses de curso, con la ley en los cursos impares, y aún no se dan las condiciones». El principal motivo, reiteran, por falta de formación, cuando «estamos locos por recibirla, pero es que han sacado muy pocas plazas», y después por «la nebulosa» que hay sobre las instrucciones.

De hecho, apuntan que «hay una brecha entre lo que dice la ley que tenemos que hacer y lo que se está haciendo, pese a los esfuerzos por adaptarnos». «La realidad es muy parecida a la del año pasado», añade María Rodríguez, suscribiendo así la opinión de Silvia Gómez, profesora de del Jovellanos.

Anteayer la consejera de Educación, Lydia Espina, aceptó flexibilizar los plazos ante las quejas por la carga burocrática que supone la aplicación de la ley en los centros. Amplió el margen para que entreguen los documentos de centro hasta final de curso, hasta la evaluación final. Y «aunque es un respiro» las críticas se centran básicamente en «la falta de claridad». «Los inspectores, dependiendo de los centros, dan instrucciones contradictorias y a determinadas preguntas la consejería no da una contestación clara», agrega Marta Mori, del Jovellanos.

Hay nerviosismo porque el día 1 tienen que entregar los criterios de calificación (la ponderación de lo que sabe hacer el alumno). Es, de hecho, la única fecha que se mantiene. Pero los profesores subrayan que no es un proceso sencillo, pues «esos criterios hay que conectarlos con los criterios de evaluación (las competencias) y no nos han explicado cómo conjugarlos. Estamos convencidos de que en consejería nadie sabe cómo se hace».

En este sentido, la consejera apuntó que «el real decreto (del ministerio) y el decreto (desarrollado por la comunidad autónoma) protegen la evaluación. Tienen todo para evaluar», pero apuntó que «a mayores», en las instrucciones de evaluación que tiene pensado publicar el día 1 de diciembre, tratará de «dar más facilidades para que haya claridad».

«Seguiremos luchando para que se nos den garantías», insiste Mori. Y advierte del «problema» al que se pueden enfrentar: «La falta de seguridad jurídica». «La necesitamos porque nos podemos encontrar con reclamaciones cuando acabe el curso si las familias no entienden el nuevo método de evaluación. Luego se nos echará la culpa a los profesores de no haber aplicado bien los procedimientos de evaluación. Por eso, queremos formación y claridad».