La falta de enfermeras deja las residencias del ERA sin cubrir turnos en pleno ascenso de la covid

Si en la red hospitalaria y en Atención Primaria la falta de personal de enfermería es preocupante, en la red geriátrica pública, con unas 140 enfermeras en plantilla, es «sangrante»: algunos centros quedan sin enfermera en el turno de tarde. La decisión ha sido tomada ante la imposibilidad de mantener el servicio, por un lado, por la falta de candidatos en las bolsas de empleo y, además, por la merma de personal en verano. La alternativa es que el personal de enfermería de los centros de salud de referencia atienda las necesidades que surjan. «Hemos buscado el equilibrio entre la gestión de las ausencias por vacaciones, tan necesarios después de una pandemia con un esfuerzo profesional importante, y la atención de las personas que viven en nuestras residencias. Para ello se ha establecido una línea de colaboración con el Servicio de Salud, para que nadie quede sin la atención sanitaria adecuada, y ante la necesidad, esa atención siempre se preste en el centro», dice Ana Suárez Guerra, gerente del ERA. «De esta manera logramos que las enfermeras ejerzan su derecho al descanso, y la atención se haga de manera correcta», añade. Suárez Guerra explica que «dede 2019 hay una dotación de unas 30 enfermeras por encima de la plantilla por la generación de contratos programa, se ha reforzado la estructura de atención al cuidado con la dirección asistencial y responsables asistenciales».

No obstante, los sindicatos aseguran que en los últimos días se ha producido el trasladado de al menos dos residentes de la Clara Ferrer a la Residencia Mixta, en Gijón, algo que los sindicatos consideran «intolerable». Se trataría de dos pacientes con patologías que requieren de la atención continuada de enfermería. Geni Tamargo, de CC OO, lamenta la «falta de planificación» y recuerdan que llevan meses pidiendo «un plan de choque para buscar soluciones». Si bien es consciente de la falta de profesionales en la región y de que las bolsas de empleo se acaban, cree que la Administración «debería haber actuado antes, ofreciendo incentivos» al personal. La ausencia de enfermeras supone, además, una «sobrecarga de trabajo» para el resto del personal.

Belén García, de CSIF, tacha la situación de «sangrante» y asegura que hay «vacaciones sin confirmar» e incluso instrucciones en algunos centros de que «no se van a aprobar hasta que la gerencia no diga algo». Explica que se están suspendiendo descansos «la noche de antes incluso por whatsapp» y lamenta que sea un «problema real» al que «no se ha dado solución».

En Satse lo tienen claro: «Esto es el día de la marmota. Hace al menos diez años que decimos que no hay personal suficiente y cualquier cosa que pasa nos desestabiliza», insiste María Luisa Costillas, secretaria de Acción Sindical. «Toda la planificación de vacaciones peligra», dice, teniendo en cuenta que ya no se están concediendo determinados permisos «ni reducciones de jornada».