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En grande, dos de los perros incautados por la Guardia Civil a E. K. En el círculo, 'Pepe', el cachorro que adoptó Nieves Ibáñez y que falleció poco después de que llegase a su casa. E. C.
«Con un solo perro han estafado a veinte personas»
La asturiana que destapó una falsa protectora

«Con un solo perro han estafado a veinte personas»

Dos abogadas asturianas impulsan una investigación en la que ya hay dos detenidos por, presuntamente, dar en adopción a animales enfermos. En la mayoría de los casos las mascotas nunca llegaban y cuando sí lo hacían, tenían una alta probabilidad de fallecer. Hay al menos un centenar de afectados

Sábado, 22 de marzo 2025, 13:55

Nieves Ibáñez ya tenía un perro y un gato cuando el entrenado algoritmo de Facebook le mostró una publicación que buscaba hogar para un cachorro de dos meses, el último de la camada, cruce de bichón habanero y bichón maltés. La asturiana, empujada por su amor por los animales, no dudó en iniciar los trámites para ofrecerle una nueva vida. Contactó con E. K., la responsable de 4 Patitas Almería, quien le pidió firmar un contrato de adopción y, previo pago de 250 euros por Bizum para costear presuntos gastos veterinarios, le prometió enviarle al animal. Hasta el momento todo parecía normal, pero las alarmas saltaron al revisar en profundidad la página de esta supuesta protectora y percatarse de que solo había fotos de cachorros de raza pequeña, algo nada habitual en este tipo de asociaciones. Nieves sospechaba que había sido víctima de una estafa, sin embargo, se tranquilizó cuando E. K. volvió a contactar con ella para darle más detalles sobre el transporte del perro.

Lamentablemente, la realidad fue mucho peor que un timo. El animal llegó a Gijón en la madrugada de un miércoles de noviembre del pasado año a través de una empresa de mensajería, pero «no era el de las fotos y estaba desnutrido, en los huesos, con hipotermia y la cabeza caída». Tras unas horas en casa y viendo que no mejoraba, Nieves decidió adelantar la cita que tenía con el veterinario y acudir a consulta el jueves por la mañana. El pronóstico fue como un jarro de agua fría. «Nieves, el perro se está muriendo», le dijo el profesional tras confirmar que sufría encefalitis y que lo único que podía hacer por el animal era practicarle una eutanasia humanitaria. Pero la langreana decidió luchar hasta el final para tratar de salvar a un animal que, con tan solo dos meses, había sufrido tanto. Sin embargo, el pequeño no mejoró. «Me lo llevé a casa para que muriese conmigo. Fue a las 9 de la mañana», cuenta emocionada.

El cachorro tenía parvovirosis, un virus altamente contagioso que le obligó a llevar al perro que tenía anteriormente fuera de su casa durante tres semanas, a desinfectar de arriba abajo la vivienda, a tirar mucha de su ropa y la de su hijo... «Todo eso mientras lloraba a lágrima viva», rememora al tiempo que recuerda que cuando le reclamó a E. K. las condiciones en las que llegó el animal, ella la terminó bloqueando.

Con lo que la presunta estafadora no contaba era con que su víctima es una abogada dispuesta a ir a por todas. Después del shock inicial, Nieves relató lo ocurrido en una página de Facebook con la esperanza de encontrar más afectados. Y así fue. «A muchos ni siquiera les enviaban los perros y a los que sí les llegaban, se les morían. Había denuncias de junio del año pasado y llevan al menos dos años haciendo esto, pero fueron mis llamadas diarias al Seprona las que propulsaron la investigación», cuenta.

«Voy a ir a muerte para que nadie más pase por lo mismo que yo», manifiesta Nieves, que junto a su compañera de profesión Patricia González, ha presentado una denuncia ante el Juzgado de Primera Instancia e Intrucción de Roquetas de Mar (Almería) que recoge 13 acusaciones particulares y expone una treintena de casos en toda España. La langreana, creyente, está convencida de que su perrito, al que llamó 'Pepe', llegó a ella por algo. «Dios quiso que me pasara a mí para que tirara del hilo. Si no recopilo más denuncias, esto se quedaría en un delito leve y se hubieran ido de rositas, aunque nunca me habría imaginado que hubiese tantos afectados, que fuese un caso a gran escala». La investigación se ha saldado una decena de perros incautados, dos detenidos (la propia E. K., de origen ruso, y su pareja) y otros seis investigados por una retahíla de presuntos delitos que van desde estafa hasta pertenencia a grupo criminal. También han iniciado acciones legales contra una empresa de transportes de animales contratada por varios de los afectados para que facilite la lista de animales que viajaron con los perros infectados de parvovirosis y aclare si avisó a los propietarios del resto de animales entregados.

«Abrió otra página día que salió en libertad»

Sin embargo estas detenciones no han sido suficientes para acabar con esta trama. Tras tres días en calabozos —el máximo que permite la ley— «el mismo día que salió en libertad E. K. abrió otra página», según la información recabada por las abogadas asturianas. Y eso no es todo. «Nos envió a todos sus contactos un Whatsapp en masa diciendo que está muy enferma del riñón, que no tiene dinero para los animales y nos pide hacerle un bizum. Estoy segura de que alguien le dio dinero», lamenta Ibáñez.

Las abogadas tienen constancia de que los investigados continúan con la presunta actividad delictiva. Han visto páginas en redes sociales «con las mismas fotos» con las que las estafaron y cada vez que esto ocurre, un séquito de 'justicieros' expone en los comentarios la verdadera cara de la supuesta protectora, que cambia constantemente de nombre, hasta que cierran el perfil. Pero siempre vuelven a abrir otra. A mediados de febrero de este año le tendieron una trampa al intentar adoptar al mismo perro cuatro personas a la vez. E. K. llegó incluso a mandarle el mismo contrato a cada uno de ellos. «Llegaron a hacer una videollamada con ella y hasta les enseñó al cachorro. Cuando no le dieron el dinero que quería les dijo muchas lindezas», expone la abogada.

El mensaje que E. K. le envió a sus contactos el mismo día que salió de calabozos.

Cómo estafaron 25.000 euros

Los presuntos delincuentes idearon un negocio redondo. Creaban constantemente distintas páginas (la denuncia señala hasta siete) de supuestas protectoras de animales que daban en adopción a cachorros de raza pequeña, cuyo precio puede llegar a los 2.000 euros, por unos 250 euros. Pero los animales no habían sido abandonados, sino que ellos mismos, con la colaboración de otras personas que están siendo investigadas, los reproducían y criaban; embaucaban a sus bienintencionadas víctimas con buenas palabras —«E. K. es una profesional y sabe qué decir para convencer y ganarse tu confianza»— prometiéndoles unas mascotas que, en el mejor de los casos, nunca llegarían. En el peor, los adoptantes podrían gastarse miles de euros en veterinarios (hay denunciantes que llegaron a abonar más de 3.000 euros) para intentar salvar, casi siempre sin éxito, a unos perros que llegan infectados con el parvovirosis —«tienen el virus en casa y los animales acaban contagiados porque ni siquiera se molestan en desinfectar»—. El resultado, «con un perro han estafado a 20 personas», lamentan las abogadas asturianas. El Seprona calcula que solo el año pasado esta presunta organización criminal podría haber ganado 25.000 euros.

Un centenar de víctimas

Nieves es solo una afectada del centenar de casos podría haber, según la información de la Guardia Civil. Por ello, la abogada pide a quienes reconozcan este modus operandi que se pongan en contacto con ella. Muestra su deseo de que «alguna protectora se persone como acusación» para hacer más fuerza. Y es que el daño que puede generar este caso al prestigio de estas organizaciones no es poco: «Yo no vuelvo a adoptar porque no me fío y como yo, todos los afectados».

Alguno de los casos que Nieves Ibáñez y Patricia González han presentado, gratuitamente, ante la justicia son especialmente sangrantes. «Una madre adoptó un perrito porque su hija tiene anorexia y los profesionales que la tratan le recomendaron adoptar a un animal para que la joven adquiriese responsabilidades que la obligaran a salir de casa, a tener una rutina...». El cachorro llegó muy enfermo y falleció un día después. «El sufrimiento que le causaron le hizo sufrir una grave recaída», lamentan.

Otro de los afectados se desplazó desde Barcelona hasta Almería para recoger el animal, pero tras intentar contactar con E. K. en numerosas ocasiones, tuvo que irse con las manos vacías. Eso sí, antes logró identificar la vivienda de la presunta estafadora, una información trasladada al Seprona.

«Hay mucho sufrimiento detrás, algunas personas han entrado en depresión, otras han tenido que pedir la baja laboral... No es que te estafen con una Thermomix, son perritos, hay muchos sentimientos detrás», zanja la abogada asturiana.

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