Fallece un esquiador en San Isidro tras impactar contra un amigo en un descenso

El accidente, según las primeras informaciones, se habría producido a las 10.40 horas, al impactar los dos esquiadores de forma directa en un descenso que se realizaba entre las pistas Gran Cañón y Sentiles, en el área de Cebolledo. Como consecuencia del impacto, ambos esquiadores salieron desplazados de forma lateral hasta quedar en un área próxima a una pilastra (algunos testigos señalaron inicialmente que eran tres los esquiadores implicados, si bien uno de ellos no llegó a verse implicado pese a estar a escasos centímetros), un elemento de sustentación de las telesillas. La muerte, indicaban allegados a la víctima, se produjo prácticamente en el acto. Se da la circunstancia de que con el fallecido estaba su única hija, de 16 años, que fue testigo de lo ocurrido.

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Los equipos de Emergencias realizaron maniobras de reanimación durante más de una hora; pero no se pudo hacer nada para salvar su vida. El herido fue trasladado en el helicóptero al Complejo Asistencial de León capital. En el momento del ingreso este segundo esquiador presentaba diferentes lesiones por traumatismo craneal y torácico, con pronóstico reservado.

La noticia corrió rápidamente por Guardo, una población minera -en clara decadencia tras el cierre de las explotaciones en los años 90 del siglo pasado-. «Estamos consternados; él es un conocido hostelero y su mujer, profesora de Historia de Instituto de Enseñanza Secundaria», afirmaban desde la localidad. El esquiador herido pertenece a una familia que posee una cristalería. «Son un grupo de amigos a quienes les gusta la montaña y los espacios abiertos; son expertos en esquí y también en deportes de aventura, como la escalada». Este grupo de amigos, que suele desplazarse hasta San Isidro, son conocidos tanto en la vertiente leonesa del puerto como en la allerana, a donde acudían a comprar equipación. Todo apunta a que ambos esquiadores, en el momento del impacto, llevaban puesto el casco; pero esto no fue suficiente para evitar el fatal desenlace, dada la violencia del impacto.