El fabricante acusado de ocultar datos claves del fiasco ferroviario no prevé ser denunciado

La auditoría, avanzada por este periódico en diciembre, sostiene que CAF, la empresa a la que Renfe encomendó el encargo, recibió el 6 de noviembre de 2020 una información clave. Había preguntado a Adif si el gálibo de referencia que Renfe le pedía seguir para dimensionar el tren era el correcto. La empresa que gestiona la infraestructura le aclaro que no, remitiéndole datos de cuatro líneas donde quedaba claro que de aplicar esas dimensiones habría 600 obstáculos invadiendo el contorno de seguridad del tren. Según los auditores, CAF supo así el problema de tamaño 54 días antes de firmar el contrato y no lo advirtió a Renfe. De hecho la operadora no sabría hasta un año después que su adjudicatario manejaba esa información.

Los auditores entienden que hubo una ocultación de datos y aconsejan a Renfe que estudie la petición de responsabilidades a CAF. La operadora pública conoció el dictamen en julio de 2023. Desde diciembre este periódico viene preguntando al ministerio, a Renfe y a CAF si se abrió esa vía. En febrero, el ministro Puente excusó manifestarse, aduciendo que no conocía la auditoría «con ese grado de detalle». El miércoles, tras la publicación del informe, Transportes, Renfe y CAF eludieron aclarar el tema.

Una pista está en la memoria anual de CAF. En ese informe el fabricante detalla las reclamaciones iniciadas y de las que es objeto, así como las reservas realizadas para cubrirse, caso de no prevalecer sus intereses. No hay mención alguna a este caso.

Las memorias del fabricante vasco de 2020 y 2021 sí destacaban como un logro haberse hecho con este encargo, y lo identificaban entre «los proyectos de ingeniería más importantes en los que se ha trabajado» en esos ejercicios. El informe de 2023 prefiere evitar toda referencia a un encargo que fue entonces cuando se desbloqueó.