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Aula de segundo ciclo de Primaria de un colegio público de Oviedo. Veinticuatro alumnos, de los cuales dos tienen autismo; otro es ucraniano y lleva un implante coclear (dispositivo electrónico que ayuda a las personas con problemas auditivos a escuchar); y hay un niño que ... sólo habla persa, su lengua natal. Se trata de un caso real, que explica en cierta medida por qué los profesores no universitarios se pondrán de huelga a partir del próximo 10 de septiembre: «Con los recursos humanos que tenemos, no llegamos. Para poder atender mejor a los niños, necesitamos tiempo y más personal».
Representantes de CSIF, UGT. CCOO y Suatea, organizaciones sindicales que están detrás de esta convocatoria de huelga, la primera que organiza la enseñanza pública asturiana desde hace 15 años, se reunían el lunes con el director general de Personal Docente. Después de cuatro horas, no se llegó a ningún acuerdo, aun cuando la Consejería de Educación se mostró dispuesta a estudiar una de sus peticiones. Concretamente, la de rebajar el número de horas de clase –que no la jornada laboral– a los profesores mayores de 55 años.
Más personal Plantillas acordes con la situación de cada centro. Más profesionales de apoyo para necesidades educativas especiales
Carga lectiva Reducción de las horas de clase al Cuerpo de Maestros. Y de forma voluntaria también a los mayores de 55 años
Salario Equiparación salarial con el resto de comunidades autónomas
Burocracia Piden menos papeleo y más tiempo para la docencia, la innovación, la investigación y «la atención individual a las diferencias individuales»
Hoy, la Consejería retomará las negociaciones con los sindicatos en un intento de amainar las aguas ante un inicio de curso que se presenta revuelto. El comité de huelga no se muestra optimista, porque «queremos soluciones ahora» y el departamento que lidera Lydia Espina anuncia medidas a largo plazo. Tan a largo plazo que, en el caso de los mayores de 55 años, «habla de la próxima legislatura».
Pero, inciden los sindicatos, «nuestros problemas son ya, hace falta más personal ahora mismo, en septiembre». Dotar a los centros de plantillas acordes a sus características –con más personal de apoyo para «poder atender bien a los alumnos con necesidades educativas especiales sin desatender al resto de la clase»– no es su única exigencia. También reivindican una reducción de ratios, más allá de lo previsto para el curso que va a comenzar: «Bajarán de 25 a 23 niños por aula sólo en primero de Primaria, una medida que les sale gratis y no resuelve nada». Y también menos burocracia. Y jornadas laborales con tiempo para la acción tutorial, la innovación pedagógica o la atención individualizada. Y equiparación salarial con el resto de comunidades, porque «el profesorado asturiano cobra menos».
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