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Nadie se quería perder la cita. Mucho esfuerzo detrás y un reconocimiento que les acompañará toda la vida. Pese a todo, algunos no pudieron acudir a la entrega de los Premios Extraordinarios al Esfuerzo Personal y Rendimiento Académico del Principado. En algunos casos, porque ... tenían exámenes. En otros, por algún compromiso ineludible. El de Raúl Chicón es distinto. «Pensé que no podría seguir estudiando. El mundo se me vino abajo», dijo. Él es uno de los cuatro alunos que este año han recibido el Premio al Esfuerzo Personal y con estas palabras describió lo que sintió cuando le diagnosticaron una leucemia infoblástica aguda, es decir, un tipo de cáncer de sangre que afecta a la médula ósea.
El apoyo de sus padres y de sus amigos fue fundamental. Pero hubo algo más. «Es increíble el trabajo que se realiza en las aulas hospitalarias. La dedicación de los profesores es una maravilla. Se preocupan de que estemos cómodos, de que alcancemos nuestros objetivos académicos y, especialmente, de que nos sintamos vivos», explica. Por ello, no duda en afirmar que «estudiar es mi mejor terapia frente al cáncer porque mientras estoy con los libros, siento que hago lo mismo que mis compañeros y, por tanto, me veo sano como ellos».
Chicón, que estudia en el IES de La Corredoria, nunca olvidará ese 20 de julio de 2021 cuando le diagnosticaron la enfermedad. «Si no podía caminar casi de dolores, cómo iba a poder estudiar», se preguntaba. El tiempo y su constancia le dieron la respuesta. Aunque Raúl Chicón todavía no cumplió la mayoría de edad, él mismo se define como un adulto. Por desgracia, su grave enfermedad le hizo madurar antes de tiempo. «A mi edad uno quiere salir, conocer gente, ligar. Ahora valoro otras cosas», contaba en un vídeo emitido en el teatro al no poder asistir personalmente.
Yelyzabeta Starykova, estudiante del IES número 1 de Gijón, también tiene mucho mérito. Es otra de las distinguidas con el Premio al Esfuerzo. En su caso, por conseguir el difícil objetivo de conjugar las bombas con los libros. Con parte de su familia en Ucrania en una lucha incesante por sobrevivir, ni los misiles ni las armas sirvieron de excusa para no sacar su mejor versión.
La trascendencia del premio hace imposible que muchos de los premiados no puedan contener las lágrimas. «Llevo llorando desde el día que me enteré de la noticia», cuenta Paula Lobo, galardonada con el Premio al Rendimiento Académico. Samuel González, en la categoría de Formación Profesional, ve este premio «como una posibilidad para que se me abre cuando deje mi currículum en las empresas».
El acto estuvo presidido por el presidente del Principado, Adrián Barbón, que afirmó sentirse «orgulloso de todos y cada uno de los premiados que tienen un gran futuro por delante». Le acompañó la consejera de Educación, Lydia Espina, quien dijo que «este premio resume los valores que deseamos para nuestro sistema educativo». Ana González, alcaldesa de Gijón, ve «crucial que los jóvenes se esfuercen porque de ellos depende el mañana que queremos construir».
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