La manifestación feminista gijonesa partió desde la Plaza del Parchís y llegó a su fin en la Plaza del Ayuntamiento. CAROLINA SANTOS

Las estudiantes vacían las aulas «en contra del machismo y la homofobia»

El Sindicato de Estudiantes y Libre y Combativas recorrieron las calles asturianas para reclamar que «basta de agresiones sin respuesta»

LAURA FIDALGO

GIJÓN.

Miércoles, 9 de marzo 2022, 02:07

Las manifestaciones asturianas del 8M comenzaron en la mañana de ayer de la mano del Sindicato de Estudiantes y de Libres y Combativas. Al grito de «Vox escucha, estamos en la lucha», un puñado de estudiantes dejaron claro que «no vamos a dejar títere con ... cabeza», pues, según indicó Anahí López, estudiante del Instituto Roces y portavoz de ambos sindicatos, «estamos cansados de tanto machismo y tanta homofobia». Denuncian el odio «por parte de la más pura extrema derecha» y hacen hincapié en la «pésima» labor desempeñada por el gobierno actual, ya que, protestan, siendo el PSOE y Unidas Podemos considerados «los partidos más feministas de la historia», las condiciones de las mujeres continúan siendo las mismas. De hecho, recriminan que las actuaciones machistas no solo no han disminuido, sino que «han incrementado considerablemente, ya que, en lo que llevamos de año, se han registrado un total de 14 mujeres asesinadas, las enfermedades de transmisión sexual se han multiplicado y las violaciones han aumentado hasta un 30%». Con estos datos sobre la mesa, López subrayó que «sobran los motivos para estar aquí manifestándonos de nuevo».

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Pero las concentraciones de ayer no solo eran contra el machismo. Los estudiantes también «vaciamos las aulas y llenamos las calles» en contra de la LGTBifobia que «lleva por seña el fascismo». El asesinato del joven Samuel, la «brutal» paliza que recibió el ovetense Kevin y los demás ataques homófobos producidos en diferentes zonas de la región asturiana son solo algunos de los ejemplos que López quiso dejar patente para recordar que las instituciones «no hacen nada para detener estas barbaridades». Por ello, cada vez más vecinos de la zona se unieron a la protesta y alzaron la voz para reclamar que «basta de agresiones sin respuesta».

Luisa Moliner era una de las pocas personas mayores que levantaba orgullosa los colores morados del feminismo. «Vengo a acompañar a mi nieto Enrique, al igual que él venía conmigo cuando yo quería reivindicarme», explicó la gijonesa, que añadió que «toda mi familia está criada en el feminismo». Por otro lado, algunas estudiantes aprovecharon la concentración para dejar algún «recadito» a sus profesores. Sin querer decir sus nombres por temor a las posibles represalias, porque «con lo machistas que son no apruebo ni en septiembre», mostraron pancartas en las que advertían a sus maestros que «no me llamo guapa».

«Con catorce mujeres asesinadas en lo que llevamos de año sobran los motivos para estar aquí de nuevo»

Graciela Fernández, portavoz del Sindicato Obrero que se unió a la huelga de los estudiantes, fue una de las protagonistas de la jornada. Sin soltar el megáfono y con el puño levantado, alzó la voz para subrayar que «no hay excusa para el que abusa».

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Graciela Fernández, cogida del brazo de su madre, Carmen Borrego, recordó a su hermana Paz, que fue asesinada hace cinco años en manos de su pareja: «Hoy estamos aquí por ella y por todas las demás». Ambas manifestaron que «gracias a este tipo de movilizaciones, el asesino de Paz tiene una sentencia ejemplar», pues, a pesar de que hubo indicios de rebajarle la condena, finalmente el Supremo confirmó 24 años de prisión para el asesino. Por este motivo, aprovecharon la ocasión para reclamar que «basta ya de justicia patriarcal».

De este manera, emocionadas y brindándose apoyo la una a la otra, señalaron que «las personas que estáis presentes en la manifestación sois la clave para abrir un futuro digno».

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