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EUGENIA GARCÍA EVA FANJUL
Lunes, 30 de noviembre 2020, 01:35
En los 90 no se hablaba de otra cosa. Ahora, en medio de una epidemia, toca recordar esa otra que también se llevó por delante miles de vidas y deterioró otras tantas. Sus supervivientes intentan hoy que el VIH, que no se ha erradicado y sigue afectando a entre 50 y 60 asturianos cada año, no caiga en el olvido. Les inquieta que, con la enfermedad casi cronificada gracias a los avances en su tratamiento, la poblacion deje de temerla y se relaje. Cuatro rostros, por un lado los de Rubén y José Alfredo, vinculados a la Fundación Siloé, y por otro los de Loli Fernández y Eduardo, al Comité Antisida, sirven para humanizar las siglas de ese otro virus.
Han pasado veinte años desde que Rubén González Iglesias (Sotrondio, 1969) pisó por primera la Casa de Acogida de Siloé en Mareo. Cuando llegó a la que entonces era conocida como Casa del Sida, tal era su estado tras años de la vida más cruel entre la calle y la cárcel que le daban apenas unos meses. Pesaba 42 kilos y casi no podía comer. Se había infectado por vía parenteral, en la cárcel. «Cuando lo supe me aislé de todo el mundo, porque me preocupaba contagiar a alguien y desgraciarle», rememora. En el centro sociosanitario, dependiente de la Consejería de Salud y al que llegan pacientes en riesgo de exclusión social con diversas patologías a menudo derivados de centros hospitalarios, recibió el apoyo que necesitaba para recuperarse de su adicción y físicamente. Psicológicamente costó más -eran tiempos difíciles, en los que «prácticamente cada semana fallecía algún compañero»-, pero Siloé y enamorarse lo ayudaron sobremanera. Hoy vive con su pareja en un piso tutelado y es voluntario en el hogar que le devolvió la vida.
Allí lleva casi un año José Alfredo Pérez (Ponferrada, 1974), que convive el VIH desde 1998 y, ya recuperado, está a la espera de una vivienda que le permita «caminar solo». A él también le costó aceptarlo a nivel personal, en parte por el rechazo social que provocaba la enfermedad. «Nunca dije que lo tenía porque temía perder los trabajos. Tampoco quise que me mirasen con lástima, yo no quiero pena: solo que me traten como a una persona normal». Ambos coinciden en que la enfermedad y su tratamiento ha cambiado mucho con los años: «Cuando lo cogí era un diagnóstico mortal. Veía caer a la gente y pensaba 'tú eres el siguiente'», rememora José Alfredo. El cambio en el tratamiento les ha dado no solo años, sino también calidad de vida: «Del cóctel de casi veinte pastillas inicial ahora pasamos a dos retrovirales diarias» que mantienen a raya la carga viral». Sin embargo, el coronavirus ha 'arrinconado' al sida. «Ahora el VIH no vende», dice con amargura. Se han olvidado de él, pero el estigma, lamentan, perdura.
Precisamente, recordar la existencia del VIH y la importancia de prevenir su transmisión es el objetivo diario del Comité Ciudadano Antisida del Principado de Asturias. Una lucha que pasados 40 años «sigue siendo necesaria, porque clínicamente hemos avanzado mucho, pero socialmente no tanto. El miedo y el estigma siguen existiendo», señala Loli Fernandez, presidenta del Comité AntiSida. Los avances farmacológicos han hecho posible que la enfermedad se haya convertido en crónica. «Ahora, los retrovirales permiten llevar una vida normal, tener un futuro, una pareja, una familia», explica. Los tratamientos «hacen que la carga viral sea indetectable y eso significa que no se puede transmitir el virus a otras personas. Esto algo fundamental», destaca. De ahí la importancia de la detección temprana. No obstante, lo esencial sigue siendo la prevención para no contraer el virus.
Eduardo tiene 23 años y descubrió que tenía VIH hace año y medio. Desde su experiencia, lanza un mensaje rotundo a los jóvenes: «No somos invulnerables, un solo despiste sale caro y hay que protegerse siempre, no se puede bajar la guardia». Agradece el apoyo de su familia, pero le preocupa su entorno laboral: «Me gustaría que hubiese más transparencia, desestigmatizar la enfermedad, pero aún sigue habiendo prejuicios», lamenta.
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