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Recogida de mesas de una terraza de Gijón. CAROLINA SANTOS

Estado de alarma en Asturias | Toque de queda de doce de la noche a seis de la mañana para dar margen a la hostelería

«Pecaríamos de incoherencia si lo adelantáramos», dice Barbón en referencia a la obligación de cerrar bares y restaurantes a las once

LAURA MAYORDOMO

OVIEDO.

Martes, 27 de octubre 2020, 02:07

Hay una cuestión clara. Si los negocios de hostelería (también los casinos y salas de juego) del Principado están obligados desde el pasado viernes a cerrar sus puertas a las once de la noche, no sería lógico pretender que a esa misma hora, ... las once en punto, todo el mundo esté en su casa. Básicamente, porque ni los trabajadores del sector ni los clientes pueden «teletransportarse». Esa hora de margen para que unos puedan concluir la jornada laboral y otros regresar a sus domicilios sin riesgo de incumplir la norma es lo que ha llevado al Principiado a desechar la opción de implantar un toque de queda más amplio. «Pecaríamos de incoherencia si lo adelantáramos», manifestó ayer Adrián Barbón.

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Cabe recordar que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habló el domingo de una restricción de la movilidad nocturna entre las 23 y las 6 horas, pero dando una margen a las comunidades autónomas para que modificaran a su parecer ese inicio y final una hora arriba o abajo. En Asturias se hará lo que Barbón ya había anunciado el pasado viernes, antes de que el Consejo de Ministros extraordinario del fin de semana aprobara el decreto del estado de alarma: el toque de queda iría desde la medianoche hasta las seis de la mañana. Desde ayer ya está en vigor una medida que, salvo excepciones, impide la libre circulación de los ciudadanos en esa franja horaria.

La situación «es mala»

La de restringir la movilidad nocturna es una de las herramientas con las que se busca reducir los contagios de la covid-19. La incidencia de la enfermedad está siendo en esta segunda ola mucho más fuerte que lo fue en la primera. «La situación en Asturias es mala», reconoció el consejero de Salud, Pablo Fernández.

Los últimos datos reflejan una incidencia acumulada en los últimos catorce días de 320 casos por 100.000 habitantes. Una cifra que supera el umbral de los 250 casos por 100.000 habitantes en que el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas fijaron el nivel de riesgo extremo la semana pasada, cuando se establecieron los ocho criterios que se han de valorar para ver en qué grado de la escala (de cuatro niveles) se sitúa cada terriotorio. Según esos factores, Asturias se sitúa en el tercer nivel.

Las tres principales ciudades asturianas, las que se decidió cerrar perimetralmente hasta el próximo 7 de noviembre, tienen una incidencia acumulada de 461 casos por 100.000 habitantes (Gijón), 358 (Avilés) y 256 (Oviedo) en las dos últimas semanas.

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Con el escenario actual, el Principado ha adoptado más limitaciones. El decreto publicado ayer prevé que los velatorios, se celebren en instalaciones públicas o privadas, deberán limitarse a un máximo de 25 personas al aire libre o 15 en espacios interiores, sean o no convivientes. Al enterramiento o despedida antes de la cremación del fallecido no podrán asistir más de 25 personas, sin contar al cura. En los lugares de culto, el límite es el 50% del aforo.

Entrenamientos y competiciones deportivas podrán desarrollarse, pero sin público. Como sin público deberá transcurrir la Vuelta a su paso por tierras asturianas. Pese al cierre perimetral de toda la comunidad, la prueba ciclista podrá celebrarse sin problema -está previsto que el sábado salga de Villaviciosa- porque «tiene la autorización como actividad profesional deportiva», aclaró el presidente del Principado, antes de insistir en que «está expresamente prohibida la presencia de público». El que lo incumpla se expone a una multa.

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